Formas eficaces de disciplinar a los adolescentes

Todos sabemos lo complicado que es educar a los niños cuando entran en la etapa adolescente; tienen contestación para todo, y se revelan con facilidad y frecuencia por lo que para los padres resulta difícil sancionarlos de modo efectivo.

Los métodos que se utilizaban ahora parecen no funcionar, y el desconcierto junto a los conflictos generan gran angustia. Se vuelve necesario buscar soluciones diferentes y por ello te ofrecemos algunos consejos.

Uno de los cambios notables que tienen lugar cuando los niños dejan de serlo, es el hecho de que se vuelven más autónomos, sobre todo en cuanto a la toma de decisiones. Pero aun así todavía no es tiempo para dejar que lo hagan al cien por ciento, habrá que supervisarlos y orientarlos.

Comunicación eficaz

Con los adolescentes no se puede ser ambiguo, hay que establecer reglas claras y explicitas; por ejemplo, no le digas a tu hijo que tiene que estar en casa al caer la tarde porque puede interpretarlo de diferentes formas y por lo general será de acuerdo a su conveniencia, con lo cual estarás favoreciendo la posibilidad de que se dé una situación de desacuerdo y conflicto. Es mejor que le digas a las 7 de la tarde tienes que estar en casa.

Qué hacer cuando tienen problemas

Siéntate a hablar con él sin interrupciones y prestándole total atención, pero no le des la solución. Lo mejor es orientarlo de tal forma que sea él quien logre encontrarla, de éste modo lo estarás preparando para que sepa desenvolverse en el mundo de los adultos.

Pedirles una opinión

El suprimir privilegios y actividades de ocio o salidas no resulta efectivo, es inevitable que el hecho de que no cumplan con la asignación de una tarea no se convierta en un tema de conflicto. Muchas veces sucede que los padres deseamos que los hijos hagan las cosas a nuestra manera, cuando en realidad sería más fácil centrarnos en lo que queremos que hagan, preguntándoles cuál les parece la mejor forma de llevarlo a cabo. Con frecuencia nos sorprenderá ver que el tomar esta actitud es un gran atajo para llegar a un acuerdo en algo que parecía imposible de lograr.

Dejar que sufra las consecuencias

Es difícil para una madre evitar decirle a un hijo «abrígate al salir que hace frío»; sin embargo, una comentario tan simple puede llevar a una discusión. Deja que tu hijo tome sus propias decisiones y sufra las consecuencias de hacerlo (no lo hagas si representan un gran riesgo), la próxima vez optará por abrigarse antes de pasar frío.

Quitar privilegios

Cuando desees aplicar este tipo de disciplina con tu hijo, procura ser muy clara. En vez de decirle no utilizarás la vídeo consola hasta que aprendas a llegar temprano a casa, es mejor decir: Volverás a utilizar la vídeo consola cuando llegues a las 6 de la tarde, todos los días durante dos semanas. De éste modo habrás sido muy concreta añadiendo a la vez una motivación para que se esfuerce en cumplir con la sanción.