Los adultos muchas veces nos quejamos de la falta de tolerancia en la sociedad pero, ¿hacemos algo para que ese valor no se pierda? Los padres somos responsables de que nuestros hijos practiquen la tolerancia y traten a todas las personas por igual. Si queremos más personas tolerantes en el mundo, tenemos que educar a nuestros hijos.
Formas prácticas de aprender a ser tolerante
Una de las mejores herramientas que tenemos los padres para enseñarles valores a nuestros hijos, es el juego. Podemos comenzar con darles un juego de cartas de memorama de los valores, con cada carta podemos explicarles qué son la tolerancia, el respeto y la igualdad.
Otra buena manera de inculcar en nuestros hijos el valor de la tolerancia es el acudir a eventos multiculturales, donde ellos tengan la oportunidad de convivir con personas de diferentes razas y culturas. Esta es una manera muy interactiva para vivir el valor de la tolerancia.
Existe otra práctica manera de enseñar lecciones de tolerancia a nuestros hijos y es conversar con ellos acerca de situaciones que impliquen tener un criterio propio. Al ver la televisión y aparece una imagen que fomente la tolerancia, preguntarle a tu hijo qué opina sobre lo que ve.
Todos somos diferentes
En las escuelas suelen darse casos de bullying por parte de niños que no son tolerantes ante los demás, algunos se burlan de aquellos que llevan lentes, de los que tienen el cabello rizado o de los que tienen sobrepeso. Debemos de enseñar a nuestros pequeños que las diferencias son las que son hacen grandes, y que la vida sería aburrida si todos fuéramos iguales.
Una de las cosas que más engrandecen el alma de los niños, es el poder reconocer en los demás sus diferencias y apreciarlas. Alentemos a nuestros hijos a no burlarse de las diferencias, ya sea en formas de pensar, de vestir o de actuar. Recordémosles que en las diferencias podemos encontrar la más grande belleza.
Hablar con nuestros hijos es la mejor herramienta de todas para inculcar la tolerancia, además de predicar con el ejemplo. Si nuestros hijos ven que somos personas tolerantes, ellos también lo serán.