Cenar en familia puede ser un reto en los hogares en los que sus integrantes no pueden hacer coincidir sus horarios. Los padres salen tarde de trabajar, los niños tienen demasiadas actividades extraescolares y también llegan tarde… ¿Cómo puede una familia tan ocupada disfrutar de la hora de la cena?
La hora de la cena en familia es una oportunidad para poder establecer vínculos afectivos estables y duraderos con los hijos. Hoy quiero darte algunas estrategias para que puedan cenar en familia y aprovechar bien el tiempo juntos.
Ser flexible con el horario de la cena
Es muy probable que los niños tengan hambre al llegar a casa luego de sus actividades extraescolares y quieran comer algo antes de la cena. Esto puede calmar su apetito, pero a la hora de cenar no tendrá hambre ni ganas de estar en la mesa. La misma situación puede ocurrir con los adultos que regresan del trabajo.
Lo ideal es fijar la hora de la cena en función de cada día; por ejemplo, si los lunes no es posible que todos estén sentados a la mesa a la misma hora, pueden saltearse la cena o cenar por separado. Pero si en los días siguientes la diferencia horaria con la cual llegan los integrantes de la familia a casa es poca (unas dos horas), tal vez convenga esperar a estar todos juntos para cenar.
También es importante que la persona que prepara la cena (sea la madre, padre o hijos), planifiquen con antelación la comida que preparará y cuánto tiempo de elaboración requerirá. De este modo podrá cocinar sin prisas o sin hacer esperar mucho a los más hambrientos de la familia.
¡Cenas de picnic en casa!
Si no hay mucho tiempo para preparar alimentos muy elaborados, pueden preparar una rica cena y saludable pero algo más creativas y también originales: ¡Una cena de picnic en casa! Pueden dedicar un día a la semana (los viernes es ideal) para tener una cena familiar más desestructurada.
En ese día pueden cenar pasta en un recipiente o sándwiches. Pueden acomodar la mesa de café de la sala y cenar todos juntos de una forma diferente. Este tipo de comidas favorecen el diálogo en familia.
Más allá de las largas jornadas de trabajo y el estrés de los estudios, la hora de la cena debe ser para disfrutar en familia y olvidarse (al menos por un momento) de las obligaciones y problemas. Eviten los malos modos, las malas palabras, es el momento de estar en familia y de disfrutarlo.