Hay una estadística que se cita a menudo según la cual las personas diestras viven en promedio nueve años más que las zurdas. Pero, ¿cuán cierto es?
El planteamiento apareció en dos artículos a finales de los años 80 y a inicios de los 90, escritos por los psicólogos estadounidenses Diane Halpern y Stanley Coren y aparecieron en prestigiosas revistas científicas: Nature y New England Journal of Medicina.
No obstante, muchos lo ponen en duda.
«No es plausible en lo absoluto», le dijo a la BBC Chris McManus, profesor de Psicología y Educación Médica de la Colegio Universitario de Londres y autor de «Right Hand, Left Hand» («Mano derecha, mano izquierda»).
«Si fuera verdad, sería el predictor más importante que tendríamos para proyectar la esperanza de vida. Es el equivalente de fumar 120 cigarrillos al día y hacer otras cosas peligrosas simultáneamente. Sería increíble que un epidemiólogo no lo hubiera detectado antes».
Si es tan inverosímil, ¿por qué dos respetadas publicaciones permitieron que el planteamiento se publicara y por qué el mito ha trascendido?
Porque, de acuerdo con McManus, los investigadores cometieron un «error muy sutil».
¿Morirá casi una década más temprano por ser zurdo este jugador?
Los estudios fueron conducidos en el sur de California, donde se publican listas de todas las personas que han muerto.
Halpern y Coren tomaron una lista y contactaron a sus familias de los difuntos. Les preguntaron si sus seres queridos eran zurdos o diestros.
Al analizar 2.000 casos, los investigadores vieron que la edad promedio de los fallecidos zurdos era alrededor de nueve años menor que la de los diestros.
Esa información fue la base para que concluyeran que los zurdos mueren antes.
A primera vista, es un argumento persuasivo. Pero ¿qué fue lo que hicieron mal?
«Su error fue que sólo tomaron en cuenta a los muertos», indicó McManus.
El problema con eso es que los zurdos son más comunes ahora que lo que solían ser en el pasado, al menos más comunes que cuando se publicó la investigación. Por eso, los zurdos eran, en promedio, más jóvenes que los diestros.
Obama es el tercer presidente zurdo de EE.UU., desde Reagan que era ambidiestro.
«Por naturaleza, alrededor del 10% de la población es zurda, pero ese índice se redujo artificialmente en el siglo XIX», explica el experto.
A partir de 1800, no sólo se animaba a los zurdos a no serlo sino que con la Revolución Industrial la vida se empezó a tornar difícil para ellos.
«Cuando empezaron a trabajar en fábricas en las que las máquinas estaban diseñadas para diestros, se veían raros», dice MacManus.
«Luego la educación comenzó a ser obligatoria y tenían que sentarse en salones de clase y escribir con sus manos derechas usando plumas de tinta, así que hacían muchos manchones. El resultado de todo eso fue que los zurdos empezaron a ser estigmatizados, se les consideraba torpes y estúpidos».
Es por eso que algunas de las personas que aparecían en esas listas de muertos de California pueden haber nacido zurdos pero pasaron la mayor parte de sus vidas pretendiendo e identificándose como diestros. Y sus familiares los habrían descrito como tal cuando los investigadores fueron a preguntarles.
Eso habría distorsionado los resultados.
Para entender el sesgo
Para entender mejor, imagínese un caso exagerado en el que no hubiera nacido ni un zurdo hasta 1973, hace 40 años.
Si revisáramos la lista de muertos de 2013, veríamos que todos los zurdos que murieron tenían 40 años o menos. En comparación, serían mucho más jóvenes que los diestros.
Nada tan exagerado ocurrió en la realidad, pero el número de personas que se identifican como zurdos creció dramáticamente durante el siglo XX.
Así que la idea de que los zurdos mueren nueve años antes que los diestros es un mito.