El turista Andy Garner paseaba por la isla de Pangkor, Malasia, cuando de repente aparecieron varios macacos de en medio de la jungla que empezaron a rebuscar los bolsos y maletas de los visitantes que disfrutaban de la playa.
Fue entonces cuando encontró a uno de ellos esculcando en una motocicleta, abriendo un paquete de chips y luchando por destapar una botella de una refrescante Coca Cola. Después de golpearla contra el piso, el sediento animal pudo disfrutar de un poco de la bebida, al punto que decidió llevársela consigo y disfrutar tranquilo de un par de sorbos, sentado en la rama de un árbol.
