1) La tripa en pico, varón; la tripa redonda, mujer: ni los síntomas, ni la forma del vientre, ni la redondez de la cara, ni la frecuencia cardiaca determinan el sexo del bebé. Ya sé que la ansiedad nos hace creer cualquier cosa, pero nada mejor que la ecografía para sacarse la duda.
2) La famosa mancha del antojo: no tiene ninguna relación tus ganas irrefrenables de comer chocolate a las 3 de la mañana con las manchas del bebé.
3) Si tienes acidez, el bebé nacerá con mucho pelo: la causa de la acidez es hormonal y fisiológica, nada tiene que ver con la cantidad de pelo. ¿O acaso crees que todas las madres que han tenido acidez tiene niños “peludos”?
4) Tienes que comer por dos: la clave de la alimentación está en la calidad y en la variedad y no en la cantidad. Por el contrario, ganar mucho peso es perjudicial.
5) Bañarte puede causar infecciones: el útero está sellado y protegido por un tapón mucoso, no obstante durante el último mes puede desprenderse y no es aconsejable darse largos baños, es mejor ducharse.
6) No puedes tener relaciones sexuales: siempre y cuando tu médico no lo desaconseje, no hay ningún problema; el bebé está protegido y no sufre ningún daño. Tampoco es cierto que el sexo apasionado adelante el parto.
7) No puedes ir al dentista o se te caerán los dientes: puedes seguir tranquilamente cualquier tratamiento dental, consúltalo con tu ginecólogo.
8) No te tiñas el pelo: es imposible que el tinte del pelo llegue al bebé, lo que puede suceder es que tu piel está más sensible a los productos y cause irritación.
9) Si tu madre tuvo un mal parto, el tuyo también lo será: hay una cantidad de factores que determinan un parto, no depende únicamente de una cuestión hereditaria.
10) No se puede hacer ejercicio: todo lo contrario, el ejercicio moderado es absolutamente recomendable pues favorece la llegada de sangre al útero y nos mantiene en forma para afrontar el parto y para una recuperación más rápida después del parto.