Suelen decir: «mejor prevenir que curar», no solo en lo que a salud se refiere, sino también a los accidentes, y cuando pensamos en niños esa prevención es aún mayor. Con prevención no me refiero a la sobreprotección, los niños son niños, juegan, se caen, se lastiman y vuelven a levantarse. No podemos impedir que corran y se diviertan, pero si podemos evitar que un simple accidente termine en algo grave.
Cuando mi hijo Lisandro era un bebé, me decían que cuando empezara a caminar iba a estar más desocupada, iba a tener más tiempo. Yo miraba a mi alrededor y temblaba, lo que veía era un peligro al lado del otro, desde el cajón de los cubiertos, las puntas de las mesas, los enchufes, todo me preocupaba.
Afortunadamente esa independencia motriz que tienen los niños no se da de un día para el otro, generalmente antes de comenzar a caminar gatean y comienzan a explorar todo. Luego comienzan a pararse y a caminar agarrados de todo lo que encuentran a su alcance y finalmente con los primeros pasos llegan las primeras corridas de las mamás y los papás junto con los gritos de «noooo eso noooo».
Es en ese proceso del gateo es que los papás vamos descubriendo qué cosas llaman la atención de nuestro hijo y a qué peligros está expuesto. Cada lugar de la casa tiene sus peligros, así que hay que estar atentos.
Para facilitarte la transición que significa pasar de tener una casa de adultos a una casa habitada por niños, te propongo ver algunas cosas que he descubierto en el camino para evitar accidentes hogareños.
Peligros en la cocina
A los niños les encanta estar en la cocina y agarrar todo lo que tengan a su alcance. Personalmente me encanta que Lisandro esté conmigo mientras cocino, pero si estoy apurada puede ser muy estresante porque quiere agarrar todo.
No podemos prohibirle absolutamente todo, en mi caso hay no absolutos y cosas que permito, por ejemplo, desde chiquito le prohibí tocar la cocina, me da terror que pueda quemarse. Los cuchillos son otro no absoluto, al igual que las cosas de vidrio.
A la hora de cocinar, e incluso cuando no estamos cocinando, debemos de prestar atención de no dejar cuchillos al alcance de su mano y si estamos cocinando dejar las asas de los sartenes hacia adentro.
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Peligros en el baño
La hora del baño es muy divertida para los pequeños cuando aún se bañan en bañera o bañito, si bien puede ser un momento de relax para los papás que sabemos que van a pasar un buen rato allí, nunca podemos dejarlos sin supervisión.
Peligros en el dormitorio
Dormir en la cama de papá y mamá puede ser muy divertido y la forma ideal para que toda la familia concilie el sueño, pero dejarlos solos en la cama puede ser peligroso. Ellos no son consientes de las alturas y no tienen miedo, incluso dormidos pueden girar y caerse al piso, así que hay que estar atentas y evitar dejarlos solos.
A la hora de comer
Cuando comienzan a ingerir alimentos sólidos hay que ser cuidadosas con los bocados, muchas veces tienen tantas ganas de comer que se meten a la boca trozos grandes que pueden llevar a que se atoren. Incluso los cerealitos de colores, esos tipo aritos pueden ser peligrosos, lo digo porque mi niño se atoró con uno de esos y vaya susto que me llevé, suerte que conocía la maniobra de Heimlich y pude ayudarle.
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Enchufes, alargues y aparatos eléctricos
Imposible no tener enchufes, alargues o aparatos electrónicos… es por eso que debemos prestar atención a sus hábitos. Hay niños a los que no les llama la atención, o mejor dicho, hay etapas en las que no le llama la atención.
Como todo lo prohibido en algún momento van a intentar indagar, así que en este caso mejor prevenir que curar, sobre todo con los enchufes. No hay que dejar las salidas de electricidad demasiado evidentes y sobre todo no dejar cosas desenchufadas a su alcance ya que pueden intentar enchufarlas.
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Los padres no debemos permitir que nuestros temores de que a los hijos les pase algo nos lleve a impedirles crecer, jugar, explorar y conocer el mundo. No es una tarea fácil, pero es posible enseñarles algunas normas sencillas para evitar accidentes en casa.