Llega el fin del año escolar con alegrías y satisfacciones para unos, y tristezas y decepciones para otros, dependiendo de los resultados de las calificaciones que permiten aprobar el año y ser promovidos al siguiente nivel o perderlo y tener que repetirlo.
Pero, ¿qué pasa cuando en una misma casa uno de los hijos alcanza el éxito mientras su hermano no logró aprobar el año académico? ¿Cómo manejar esa situación? Te regalamos 5 consejos para afrontar esta situación.
# 1 No los compares
Uno de los peores errores que puedes cometer en cualquier situación es comparar a tus hijos por los resultados en el colegio: «¿Por qué tu hermano si pudo pasar esa materia?», «El año pasado a tu hermana le fue muy bien en ese tema», son comentarios hirientes y que no ayudan en nada.
Porque cada persona tiene sus propios talentos y capacidades, así que los resultados de cada quien en las mismas áreas no tiene porqué ser el mismo, así que trata de detectar las habilidades y falencias para alentar las primeras y ayudarles en las segundas.
Cada vez que estés tentada de comparar el rendimiento académico, deportivo o social de tus hijos recuerda que cada uno es un universo distinto, ármate de paciencia y ayúdalo a superar los malos trances.
# 2 Cumple tus promesas
Sean premios o castigos, hay que cumplir los acuerdos que se establecieron desde un comienzo, pues de ellos depende que los chicos respeten y crean la palabra que les dan los padres. Y de paso adopten este valor como propio.
Por eso es importante revisar si puedes cumplir con el premio pactado (un viaje, algún artefacto tecnológico o juguete), para que a final de año, después de los sacrificios tu chico si reciba lo que se le prometió.
De igual forma debes analizar si estás dispuesta a imponer el castigo si es necesario, por estricto y duro que sea, a pesar de los ruegos de los chicos o algún familiar cercano que trate de interceder por ellos.
# 3 No ventiles sus fracasos en público
«La ropa sucia se lava en casa» dice un refrán muy conocido y en este caso se aplica a la perfección, pues otro gran error que a veces cometen los padres es hablar de los fracasos de sus hijos en alguna reunión familiar o de amigos.
Algunas veces los padres lo hacen con la intención de aleccionar a sus hijos y hacer que la vergüenza que experimentan los haga mejorar académicamente: otras veces lo que buscan es desahogar sus frustraciones con alguien cercano.
Pero estos comportamientos lejos de lograr un efecto positivo en los hijos puede generar un sentimiento de rebeldía o resentimiento que no va ayudar a que mejore su desempeño académico, por lo que trata de morderte los labios cuando vayas a hacer un comentario sarcástico de sus notas o resultados.
# 4 No caigas sobre el mismo tema una y otra vez
Si bien es cierto que hay que hablar seriamente sobre las consecuencias de reprobar el año académico, también hay que tratar que una vez abordado el tema, no sacarlo a colación en cada discusión que tengas con los chicos.
No me refiero a que olvides o hagas como si nada hubiera pasado, pues obviamente tu hijo debe ser consciente de que cometió un error, pero tampoco saques en cara el tema a cada momento, pues esto tampoco va solucionar para nada la situación.
Algunos detalles para tener en cuenta a la hora de castigar o premiar
Es importante buscar que nuestros hijos entiendan que el premio o el castigo no es el objetivo final del estudio, sino un estímulo o motivación adicional, pues el verdadero objetivo siempre debe ser el aprendizaje y el crecimiento personal.
El castigo o el premio debe ser proporcional al logro o la falla cometida, de manera que si uno de tus hijos perdió el año, no vea que su castigo es desmesurado, o que la recompensa es frustrante, aquí el diálogo y los acuerdos al comienzo son vitales.
Finalmente no debes usar el premio o castigo como amenaza durante el año, pues estarías creando una presión extra a tu hijo, y distorsionando el valor del premio.