La nueva herramienta para los biólogos es el robot bebé pingüino espía. Es muy lindo y tan convincente que los pingüinos prácticamente le «hablan», como si fuera un posible amigo para sus polluelos.
Los pingüinos emperador son notoriamente tímidos. Cuando los investigadores se acercan, los pingüinos normalmente se retiran y se les eleva el ritmo cardíaco, pero eso no es lo que necesitan los científicos cuando quieren verificar el ritmo cardíaco y otros parámetros de salud de esas aves.
Los investigadores podían hacer sus observaciones desde casi 198 metros (unos 650 pies) de distancia. Los investigadores probaron cinco versiones hasta que consiguieron el disfraz apropiado. Tiene una cubierta afelpada gris, brazos negros, el rostro pintado de blanco y negro, y el pico negro.
Los pingüinos no se asustaban e incluso le cantaban «una canción especial que sonaba como trompeta», declaró le Maho. Agregó que los pingüinos adultos intentaban encontrar un amigo para sus polluelos y esperaban escuchar una respuesta, pero los investigadores dijeron que no programaron el aparato para que emitiera sonidos.
«(Los pingüinos) estaban muy desilusionados cuando no había respuesta», dijo Le Maho. En otras ocasiones, el aparato se mezcló entre un grupo de polluelos, como «un espía», apuntó. Los gigantescos elefantes marinos ni se inmutaron cuando el robot pasaba rápidamente o alrededor de ellos.
WASHINGTON (AP)