Peter Lloyd: el hombre alérgico a la electricidad

Se llama Peter Lloyd, tiene 42 años de edad y vive en la localidad de St. Fagans, en Cardiff la capital de Gales (Reino Unido). Peter ha desarrollado una extraña alergia a cualquier tipo de aparato eléctrico, incluidos por tanto televisores, ordenadores, teléfonos móviles, redes Wifi, etc. La foto que puedes ver fue tomada con una cámara desechable.

Ha desarrollado una enfermedad llamada hipersensibilidad electromagnética, lo que hace que no pueda salir de su casa o que aquellos que quieran acudir a visitarle no pueden acceder a la misma con cualquier equipo de esta índole. Empezó a notar los primeros síntomas cuando tenía 20 años y vivía en España, ya que cada vez que utilizaba un ordenador notaba que su capacidad para pensar con claridad disminuía sensiblemente, sufría mareos, dolores de cabeza e incluso dificultades para hablar.

Como él mismo cuenta, en una ocasión tuvo que hacer hasta en 6 ocasiones un cheque hasta que finalmente, a la sexta, consiguió hacerlo correctamente. Actualmente no puede caminar, y este antiguo instructor de fitness pasa su tiempo leyendo más de 100 libros al año. Para él la solución a sus problemas pasaría por poder construir una casa en medio del bosque, lejos de este tipo de campos, pero a día de hoy la alternativa no es precisamente sencilla. La sensibilidad electromagnética, también conocida como «síndrome del microondas», se manifiesta por una serie de síntomas, algunos de los cuales ya hemos descrito al hablar del caso de Peter Lloyd, tales como dolor de cabeza, cansancio crónico, dificultades para dormir, etc., y afecta sobre todo a personas con el sistema inmunitario debilitado, como ancianos, enfermos o niños, aunque cualquier persona normal podría llegar a desarrollarla si su exposición a las radiaciones se hace intensa y prolongada.

Por si misma no es mortal, aunque sí puede acabar degenerando en otras enfermedades como el cáncer o provocar distintos trastornos neurológicos caso de no reducirse la exposición. Otro aspecto que complica aún más esta enfermedad, es que muchos de los síntomas son propios de de otro tipo de enfermedades, por lo que su diagnóstico suele ser tardío y hace que los enfermos sigan expuestos a las radiaciones y campos magnéticos durante un tiempo adicional que hace que su estado empeore. Como puedes imaginarte, no hay un tratamiento específico más allá de la prevención y evitar exponerse a las radiaciones eléctricas, si bien parece haber un consenso en que algunos alimentos ricos en melatonina, como las nueces, la avena, el arroz integral, plátanos, pollo o pavo, pueden ayudar a las personas sanas a prevenir la enfermedad y a aquellas que la padezcan de forma muy moderada a reestablecer en parte el equilibrio de su organismo.

Según recientes estimaciones, sólo en Europa habría entre un 3% y un 5% de la población electrosensible en diferentes grados, lo que ascendería aproximadamente a un total de 13 millones de personas. Suecia ha sido el primer país que la aceptó como enfermedad susceptible de causar baja laboral, y en este país la cifra de afectados se acerca a las 290.000 personas.

AGENCIAS