La oscarizada actriz Jennifer Lawrence habló en público por primera vez sobre las fotos íntimas que le hackearon y difundieron en línea, y no parecía dispuesta a dejarlo pasar. Furiosamente, denunció esta filtración como un «delito sexual».
En declaraciones exclusivas a la revista Vanity Fair, esta sirena ascendente de la gran pantalla dijo que se había sentido violada y que ahora teme que el robo de las fotografías picantes afecte su carrera.
«Que yo sea una personalidad pública, que sea una actriz, no significa que me haya buscado esto», dijo en la edición de noviembre de la revista, que estará disponible en línea el miércoles.
«Es mi cuerpo y (difundir fotos íntimas) debería ser mi elección. Y el hecho de que no sea mi elección es absolutamente repugnante. Ni siquiera puedo creer que vivimos en un mundo así», expresó.
El mes pasado, piratas informáticos publicaron en redes sociales fotos en las que más de una docena de celebridades de Hollywood aparecían desnudas. Habían sustraído las imágenes de las cuentas privadas de las artistas en la nube iCloud de Apple, en lo que el gigante de la tecnología calificó como un «ataque dirigido».
«No es un escándalo. Es un delito sexual», dijo la actriz de 24 años a Vanity Fair.
«Es una violación. Es repugnante. La ley tiene que cambiar y nosotros necesitamos cambiar. Por eso estas páginas de internet (donde fueron publicadas) son responsables».
«Alguien es sexualmente explotado y violado y la primera idea que se le ocurre a algunos es sacar un provecho económico de eso. Está más allá de mi comprensión», prosiguió la estrella de «Los juegos del hambre». Lawrence, ganadora del Óscar por «Silver Linings Playbook», había enviado las fotografías a su entonces novio en un momento en que tenían una relación a distancia.
Más de una docena de celebridades de Hollywood han amenazado con demandar a Google por no haber conseguido detener las filtraciones.
NUEVA YORK, (AFP)