Son muchas las veces que la familia decide comer fuera para celebrar una fecha importante o porque simplemente queremos cumplir un capricho. Pero, ¿qué ocurre con la dieta equilibrada que se tiene en casa cuando se sale a comer fuera? Es cierto que «una vez al año no hace daño» pero, ¿y si los niños comen comida rápida de forma frecuente? Esto podría distorsionar la buena alimentación de los pequeños y tener consecuencias negativas en su salud.
#1 Mayor aporte de calorías vacías
Cuando se mantiene una dieta equilibrada en casa, tanto niños como adolescentes ingieren la cantidad de calorías adecuadas a su edad y, junto con el ejercicio físico, se cuida la salud. En cambio, cuando se sale a comer a restaurantes de comida rápida o los niños y adolescentes no comen con la supervisión de sus padres, tienden a consumir hamburguesas, papas fritas, dulces, golosinas, y otros alimentos altos en calorías.
#2 Riesgo alto de subir de peso
Otra consecuencia negativa de alimentarse con comida rápida es que los niños consumen más bebidas con gas y azúcares, dejando el agua a un lado. Este hecho está relacionado estrictamente con el sobrepeso y la obesidad. El beber asiduamente bebidas con azúcar aumenta el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Incluso comiendo menos cantidad de dulces se ingieren más calorías que un postre saludable.
#3 Comida de peor calidad
La comida que se ingiere en los restaurantes de comida rápida y puestos callejeros, son alimentos de una menor calidad, con mayores niveles de azúcar, sodio y grasas saturadas. La mayor parte de las comidas rápidas son alimentos fritos en aceites o grasas que no se renuevan, por lo que el daño para el cuerpo es doble.
Existen opciones de comidas más saludables que las comidas rápidas. Cuando se quiera comer fuera de casa se puede ir a restaurantes en los que se sabe de antemano que la comida que sirven es saludable, no contiene tanta sal, grasa ni azúcar. Planifiquen antes de salir a comer fuera y eviten acudir a restaurantes optando por opciones más saludables.