El noviazgo es una de las etapas más bonitas que se puede experimentar, pues durante este momento se van descubriendo nuevas facetas de la persona amada mientras se comparten experiencias y situaciones que permiten considerar si la pareja actual es la indicada para establecer una familia.
A veces estas relaciones se extienden en el tiempo por varios años, a veces por comodidad, a veces por esperar que la situación económica de la pareja mejore para poder dar el paso definitivo, en otras ocasiones es la costumbre la que los convence que la relación no necesita avanzar más.
Pero, ¿qué tan positivos son estos noviazgos demasiado largos? A continuación te contaremos las ventajas y desventajas de las relaciones de largo aliento.
El lado positivo
Las parejas que han mantenido este tipo de relaciones durante mucho tiempo muy seguramente ya habrán pasado por varias crisis de menor o mayor gravedad las que han superado, así que es muy factible que una vez inicien la vida marital cuando lleguen los problemas y desacuerdos sean capaces de superarlos.
En segundo lugar, la pareja conoce a la familia y amigos del otro y probablemente ya han compartido varios espacios por lo que la convivencia con ellos no va a llevar sorpresas desagradables o enfrentamientos fuertes.
Además en este punto de la relación, ambos saben que quieren de la vida en temas claves como hijos, ambiciones laborales, proyectos de viaje, detalles que aman y odian; esto les permite aunar esfuerzos en los proyectos que tienen para cumplirlos entre ambos.
El lado negativo
Como contraparte, los noviazgos que llevan más de 5 años entran en una dinámica distinta, donde a veces, es la monotonía y la costumbre la que mantiene la relación, y no el amor; es por eso que los novios toman la decisión de casarse tratando de reavivar la llama de la pasión.
Otras veces lo hacen presionados por familiares y amigos que los cuestionan frecuentemente sobre cuándo van a formalizar la relación, o se comparan con otras parejas que ellos conocieron solteras y ya se encuentran casadas.
En estos casos la vida matrimonial comienza a pesar sobre ambos y la tolerancia se reduce significativamente; si bien ambos ya se conocen en muchas facetas, los defectos se hacen menos pasaderos y las peleas por temas cotidianos se volverán cada vez más frecuentes.
Por otro lado, al momento de formar un hogar, los espacios privados cambian y cada uno tendrá que ceder un poco en este aspecto para que la relación fluya y evolucione al siguiente nivel, si no se da esta premisa y ambos son egoístas en este aspecto, el matrimonio está condenado al fracaso.
‘Noviazgo largo, matrimonio corto’ reza un antiguo refrán, y aunque los casos que lo confirman son numerosos también existe la excepción a la regla de parejas con noviazgos largos y que al casarse fueron felices ‘hasta que la muerte los separe’.