La reina Isabel II está de luto por la pérdida de su marido, el duque de Edimburgo, quien falleció “en paz” a la edad de 99 años el viernes 9 de abril después de que celebraran su septuagésimo tercer aniversario de boda el pasado mes de noviembre.
Desde el palacio de Buckingham se confirmó que la soberana guardaría ocho días de luto antes de retomar sus funciones institucionales y el experto en la realeza Joe Little, editor en jefe de la revista Majesty, está convencido de que ella regresará a la vida pública “con normalidad”.
“Creo que, cuando llegas a cierta edad, te acostumbras a que la gente cercana muera y ciertamente no ha sido ninguna sorpresa. Aunque es terriblemente traumático, forma parte del rico tapiz de la vida. Supongo que una forma de verlo es que fue muy afortunada por tener al duque a su lado durante tanto tiempo. Pero creo que, en lo que a ella respecta, como monarca, todo seguirá adelante igual que antes tras este breve periodo de luto”, aseguró Little.
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El editor también ha descartado la posibilidad de que la reina decida abdicar en su hijo -el príncipe Carlos– debido a su avanzada edad (94 años), recordando la promesa que hizo en el discurso radiofónico que ofreció con motivo de su 21 cumpleaños en 1947, en el que declaró que toda su vida, “sea larga o corta”, estaría dedicada al servicio de la corona.
El duque de York, hijo de la soberana, ha expresado su admiración ante el estoicismo de su madre tras un servicio religioso celebrado en honor a su padre este domingo en Windsor, aunque también ha revelado que ella misma les ha descrito la ausencia del duque de Edimburgo como un “gran vacío” en su vida que sus seres queridos están tratando ahora de llenar.