Puede que el cantante Justin Bieber se destaque claramente, en lo que respecta al plano puramente estético, por el sinfín de tatuajes que pueblan buena parte de su anatomía -por no decir la mayoría de ella- y por el entusiasmo con el que afronta la tarea de seguir añadiendo ejemplares a su colección.
Sin embargo, el propio intérprete ha querido dejar muy claro que, en este aspecto, también cuenta con líneas rojas que no piensa atravesar: y estas parecen encontrarse más o menos a la altura de sus muñecas.
En efecto, el astro canadiense se desmarca así de una tendencia muy popularizada por ciertos compañeros de profesión, que es la de incorporar grabados permanentes a sus manos.
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En ese sentido, el joven artista prefiere pecar de cauto y pensar en un futuro no precisamente lejano, en el que pueda enfundarse en un elegante traje de chaqueta que oculte todos esos tatuajes que, a su juicio, eclipsarían la sofisticación del atuendo.
“Me prometí a mí mismo que no me haría tatuajes en las manos. Quiero ser capaz de ponerme un traje de chaqueta y evitar que se vean los tatuajes… Creo que las manos son uno de los pocos lugares que me quedarían por tatuar, junto con los pies y mis piernas”, ha revelado el intérprete en conversación con la emisora de radio SiriusXM, antes de subrayar que, por otro lado, no se arrepiente absolutamente de ninguno de los diseños que adornan su piel.