Una ruptura de pareja es un episodio que, una vez ha sucedido, requiere de tiempo, reflexión y duelo.En un momento en el que los sentimientos son más vulnerables, la asimilación aún no llega y todo nos parece confuso es mejor tomar ciertas pautas, y es por ello que vamos a ponernos en ambas situaciones para comprobar qué actitud tener tras una ruptura.
Si me han dejado…
Normalmente, la persona dejada no asimila que la persona a la que ama le haya dicho todo aquello que viene después del famoso «Tenemos que hablar». Posiblemente esa persona no se habrá (o quizás querido) percatarse de que la otra persona tiene ideas diferentes respecto al rumbo de la relación, si bien estos motivos pueden deberse a diversos factores.
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La persona dejada no lo asimila, estableciendo una actitud ausente en la mayoría de los casos en los que, hasta asimilar a grosso modo la noticia, no se dispone a dialogar acerca de las razones por las que su pareja acaba de dejarle. Es por ello que, ante todo, no debemos contraatacar con ese rencor o ira, en ocasiones, rebuscado, pues causaremos un mayor desprecio por parte de la persona que nos deja, al igual que el comportamiento arrepentido, pues terminarás agobiando aún más a tu ya ex pareja.
Si han sido una pareja madura y respetuosa, el desarrollo de la ruptura vendrá solo, siendo el duelo personal de cada uno parte primordial de este duro proceso. Tiempo para asimilar durante unos primeros días, para relajarse con amigos a los que, por otra parte, no debemos bombardear a todas horas con el mismo tema, y ante todo, tener contacto 0 con la persona, ni mensajes, mails o demás salvo ciertos asuntos que requieran de nuestro contacto como los rigurosos asuntos respecto al apartamento o pertenencias, algo para lo que, se recomienda, sea la persona que se marcha la que de el primer paso pero siempre después de unos días de duelo.
Si he dejado…
Existe un estereotipo acerca de las personas que deciden dejar una relación que no es cierto en todos sus aspectos. Si bien el dejado sufre las consecuencias de esta ruptura, la persona que toma esta decisión acumula a sus espaldas la incertidumbre, pena, culpabilidad y tensión de meses anteriores; sí, todo ello junto, alternándose y convirtiendo la situación de dejar a tu pareja en un infierno.
Si somos nosotros esa persona que deja a su pareja la actitud debe ser firme, confiada y resistente. ¿Por qué resistente? Porque todos los sentimientos comentados en el párrafo anterior pueden jugarnos una mala pasada, evocados por la persona a la que dejamos. Las primeras horas tras la ruptura pueden convertirse en una montaña rusa: «¿Habré hecho bien?», «Me siento culpable» o, la más temida de todas, «No sabes lo que tienes hasta lo que pierdes», en cuyo caso habría sido mejor tomarse un tiempo.
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Al pasar las horas, todos esos sentimientos se irán disipando, pues la mente traicionera también nos hará recordar esos mejores momentos de la relación, el cariño que obviamente ha habido con esa otra persona, etc… En otros casos, la persona que deja siente un gran alivio, ante lo cual no haría falta haberse leído este texto si bien debemos ser cautos, pues los sentimientos son vulnerables y nunca sabemos si las consecuencias de nuestros actos llegan algo más tarde de lo esperado.
Si bien hay tantas parejas como personas, existen unas pautas básicas respecto a la actitud que debemos tomar tras una ruptura. Tiempo, soledad y amigos son algunos de los factores que nos ayudarán a superar este duro golpe y a verlo todo desde la perspectiva apropiada.
¿Te ha costado dejar a tu pareja? ¿Has sufrido demasiado tras una separación? Comentemos acerca de nuestras experiencias o puntos de vista al tener lugar una ruptura.
