Aaron Epstein, de 90 años, es un fiel cliente de AT&T desde 1960, pero todo tiene su límite, y la decepcionante velocidad de la conexión a Internet en pleno 2021 no tiene perdón si se trata del gigante de telecomunicaciones estadounidense. Indignado por la situación en su vecindario de North Hollywood, en California, Epstein pagó 1.100 dólares para denunciarla en un anuncio en The Wall Street Journal, aunque fuera solo por un día.
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Al recordar que muchos de los vecinos de la zona trabajan para estudios cinematográficos como Universal, Warner Brothers y Disney, el residente de North Hollywood subrayó la necesidad de estar al día con las tecnologías actuales con un servicio de Internet rápido.
"Sin embargo, aunque AT&T anuncia velocidades de hasta 100 Mbps para otros barrios, la más rápida que AT&T nos ofrece ahora es de solo 3 Mbps. Sus competidores tienen ahora velocidades de más de 200 Mbps. ¿Por qué AT&T, una empresa líder en comunicaciones, nos trata tan mal en North Hollywood?", escribió Epstein en su carta dirigida al director ejecutivo de la compañía, John Stankey.
I mean how upset one must be, over slow home internet speeds, to pay for a personal quarter-page national ad in print @WSJ pic.twitter.com/Zk9umKD0t1
— Raju Narisetti (@raju) February 3, 2021
La denuncia
Según detalla Ars Technica, la zona de residencia de Epstein es justo donde AT&T aún sigue utilizando el servicio DSL (línea de abonado digital) en lugar de la fibra óptica que ofrece velocidades mayores. El hombre explicó al medio que cada vez que llama a la compañía para preguntar cómo puede conseguir una velocidad alta, el servicio de atención al cliente le contesta que están trabajando en ello y no saben cuándo estará disponible en el área una conexión más rápida.
Epstein señaló que incluso los 3 megabits por segundo que tiene a menudo se convierten en 1,5 Mbps cuando chequea la velocidad de la conexión. Para que la situación cambiara, el hombre decidió pagar por un anuncio en The Wall Street Journal en sus ediciones de Manhattan y Dallas: en Manhattan, para que el mensaje llegara a los inversores que podrían presionar la compañía para que actualice sus redes; y en Dallas porque ahí está la sede de AT&T.