¿Por qué los niños no quieren ir a la escuela?

Este es un tema difícil de afrontar tanto para los padres como para los niños ya que por ambas partes hay un sentimiento de tristeza, impotencia y cierta incomprensión.

Puede ocurrir en cualquier etapa del ciclo escolar, más frecuentemente sucede entre los 5 y 6 años. Muchas veces la situación comienza cuando el niño transcurre algún tiempo en casa, debido al periodo de vacaciones, a que ha estado enfermo o puede que también el hecho se relacione con haber cambiado de domicilio o fallecimiento de un familiar o mascota.

Reacciones de los niños que se niegan a ir a la escuela

Los niños que no quieren ir la escuela, por lo general se muestran temerosos, pueden tener problemas para dormir y pesadillas nocturnas, y tienen conductas antisociales. En algunos casos, llegada la hora de ir a la escuela, los niños pueden llorar y hacer pataletas, inventar enfermedades o malestares para no ir, esconderse, o mentir al decir que irá al colegio pero luego no asiste.

Qué hacer cuando el niño rechaza el colegio

Si tu hijo rechaza ir al colegio, lo primero que debemos hacer es averiguar la causa, alguna situación de fondo hay para que se niegue a asistir. La mejor forma de obtener información es hablar con la maestra para informarle que el pequeño no quiere asistir a clases, tal vez ella te informe de algún hecho en la escuela que involucró a tu hijo, como alguna pelea entre compañeros de clase.

Si no hay un motivo evidente y tu hijo tampoco te dice la razón por la que no quiere ir a la escuela, entonces tendrás que acudir al psicólogo. Un profesional podrá identificar cuál es el problema que deriva en que tu hijo no quiera ir a clases, y te indicará qué medidas se pueden tomar para resolver la situación. Ten presente que en muchos casos, el comportamiento no deseado de un niño es un reflejo de una situación que vive toda la familia, así que no te apresures a calificar a tu hijo como un «mal niño» porque rezongue y no quiere ir a la escuela, tal vez haya que cambiar algunas cosas en casa.

No debes pasar por alto la situación, a menos que sea algo puntual. Pero, si tu hijo se niega a asistir al cole con frecuencia o es algo cotidiano, es mejor que busques ayuda cuanto antes, ya que puede convertirse en un problema emocional grave.