Asombro, no das crédito a lo que tus ojos están viendo. Ya no es la primera vez que observas a tu hijo pequeño tocándose los genitales. No sabes cómo reaccionar porque tampoco sabes si es un comportamiento habitual en los niños. ¿Deberías reprenderlo o no darle importancia?
En su afán de exploración y como una forma más de autoconocimiento, muchos niños se tocan los genitales estando solos, delante de sus padres, e incluso delante de otros familiares o desconocidos. Se trata de un proceso evolutivo normal en el desarrollo sexual de los niños, que en ocasiones puede incomodar a otras personas y por eso es necesarios poner límites.
No finjas que no pasa nada ni lo castigues
Fingir que no pasa nada o distraer al pequeño para que no siga tocándose los genitales es un error. Si actúas de esta forma es muy probable que tu hijo quiera seguir mostrando su descubrimiento a las personas e incluso podría convertirse en una manera de llamar la atención para que le den respuestas.
Castigar, culpar o ridiculizar al niño no es aconsejable en esta etapa de su desarrollo. Su comportamiento responde a un gesto natural, lejos de ser algo sucio o vergonzoso (el sentido de los «sucio» y de «conducta vergonzosa» se lo dan algunos adultos).
Marca límites si es necesario
Cuando el niño se toque sus genitales estando en casa, debes entenderlo como lo que es, un descubrimiento de su parte. Explícale que sus genitales son parte de su cuerpo y que todos los niños los tienen, y explícale cuándo puede y cuándo no debe tocarse. Recuerda que poner límites no es reprimirlo por explorarse, si no que se trata de enseñarle a no hacerlo cuando está delante de otras personas.
Nada tiene que ver con marcar límites porque su conducta sea mala, sino porque su conducta puede molestar o incomodar a otras personas ya que hay reglas de comportamiento social que hay que saber cumplir para poder convivir.
Como adultos todos tenemos pleno conocimiento de nuestra anatomía y el que sea así tuvo un punto de descubrimiento que ni siquiera recordamos. Esa es precisamente la etapa que se encuentra atravesando tu pequeño hijo al descubrir su cuerpo, así que no te espantes ni lo reprimas, aprovecha la oportunidad para responder todas sus preguntas.