Desde el año 1994 se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Veganismo, una fecha que promueve una alimentación más sana, pero sobre todo, una alimentación libre de productos de origen animal. Los veganos de todo el planeta no consumen carne de ningún tipo, pero tampoco huevos, productos lácteos, ni siquiera miel.
A pesar de lo estricto que parece este tipo de dieta, el veganismo es uno de los estilos de vida que más se ha popularizado en los últimos tiempos, aunque podríamos aclarar que los primeros veganos siempre han sido los yoguis hindúes, que no consumen productos derivados de los animales, porque les impide alcanzar su equilibrio espiritual y además es contraproducente para la flexibilidad de su cuerpo.
Ser vegano es mucho más de lo que comes
La verdadera motivación de todo vegano, es frenar la explotación animal, evitar que sigan apresando y matando animales por fines netamente comerciales y para perpetuar un estilo de vida que afecta nuestro organismo.
Ya está más que comprobado que a nuestro sistema digestivo le cuesta procesar las carnes y que consumirlas en exceso puede generar varios trastornos sobre todo a nivel de las articulaciones.
Pero los veganos, no solo se oponen al consumo de productos animales, también a la compra de piezas de ropa que deriven de la cría animal. Por ejemplo, los zapatos de cuero, las gabardinas de piel, las estolas de animales y un largo etcétera. Ellos prefieren vestirse con ropa de algodón o telas sintéticas, que no hayan limitado la vida de ningún ser vivo en el planeta. Lo mismo para su calzado, bolsos y demás accesorios de vestir. Así como también los productos cosméticos y de aseo personal.
Un vegano siempre lee las etiquetas e investiga a fondo los productos que hay en el mercado, para jamás colaborar con las empresas donde se explotan o dañan a los animales.