Fue en Nueva Zelanda, lugar donde el animal se recupera sin inconvenientes después de haber sido operado.
Moomoo es un gato de cuatro años que fue encontrada por su dueña con una flecha en la cabeza.
Cuando notó que su mascota no estaba en casa empezó a buscarla y finalmente notó que estaba escondida en un arbusto y no quería salir. Cuando logró agarrarla descubrió que tenía una flecha roja en la cabeza.
Donna Ferrari, su dueña, la llevó rápidamente a la clínica venerinaria de Wainuiomata, en Wellington, Nueva Zelanda. El cirujano Jonathan Bray aseguró que la flecha no tocó el cerebro del gato.
Además, comentó que tuvo mucha suerte y que le dio en un lugar donde no le dejará daño a largo plazo y que se mejorará muy pronto.
Agencias