En la era de la tecnología, las palabras «lápiz» y «papel» suenan casi prehistóricas. De hecho, el uso cada vez más extendido del ordenador ha transformado estos instrumentos en obsoletos. Parece ser, sin embargo, que el empleo de estos utensilios tienen muchos beneficios en el proceso de aprendizaje.
El lado oscuro del lápiz
Hay más de una razón por la que, hoy en día, los estudiantes optan cada vez con más frecuencia por el uso de ordenadores dentro del aula. En primer lugar, este artefacto facilita una escritura mucho más veloz. Asimismo, la corrección de un error está al alcance de una tecla ya no es necesario perder tiempo buceando en la cartuchera en búsqueda de un corrector o afeando la hoja con tachones. Por otro lado, utilizar una computadora para tomar apuntes suele ser mucho más cómodo. A la luz de todas estas ventajas de los ordenadores, la escritura a mano se torna una práctica tediosa y arcaica.
… y el lado luminoso
Hasta el momento, «no hay nada nuevo bajo el sol» como bien lo expresó el rey Salomón en su «Eclesiastés». Y es que todos estamos familiarizados con las innegables ventajas de la tecnología. Sin embargo, un estudio reciente realizado en la Universidad de Princeton ha develado que no todo es color de rosas. Este demostró que los estudiantes que tomaban apuntes a mano facilitaba la comprensión y la retención de lo escuchado en el aula. Por el contrario, el empleo de los ordenadores con este mismo propósito favorecía la distracción y la copia mecánica.
¡Asombroso!, ¿verdad? Después de todo, escribir a mano no es un método tan inconveniente. Así que no pierdas el hábito y procura intercalar esta práctica con el uso del ordenador. A fin de cuentas, lo mejor siempre está, como bien lo escribió a mano el célebre pensador Horacio, en «la dorada medianía».