Un hombre de 30 años, cuya vida no es nada despreciable, ya que goza de un buen trabajo en relaciones públicas de una prestigiosa empresa, se le metió la grandiosa idea de adornar su apartamento en una sala de juegos electrónicos tematizada en los años 80. El hombre asegura que es su gran pasión.
Chris Kooluris y su novia estaban comprometidos y pensaban vender su departamento para convivir en otro más lujoso. Según comentan el joven sufrió ataques de claustrofobia y suspendió la venta de su casa.
El comportamiento cambió cuando leyó un libro sobre la cultura de los juegos de los 80: Ready Player One. Según el diario New York Daily News, Chris afirma que el libro le impactó tanto que «se despertó algo en mí y empecé a pensar que debía rodearme de todas esas cosas con las que crecí».
Así que abandonando toda lógica se gastó 32.000 dólares (23.500 euros) transformando el dormitorio de su apartamento en unos salones recreativos al estilo de hace más de treinta años.
Pese a que intentó adaptarse al sorprendente cambio de su novio, e incluso llegó a ayudarle a diseñar el piso al estilo que Chris soñaba, su novia comenzó pronto a dar muestras de estar hasta el gorro de las rarezas de su, hasta entonces prometido.
Primero se negó a acudir a la fiesta de inauguración del rediseñado piso, y poco después le devolvió el anillo de compromiso.
Sin novia y durmiendo en un jergón con una colcha de las tortugas ninja, a sus treinta años Chris Kooluris no considera que sea un fracasado, porque -según dice- muchos amigos van a visitarle para jugar con él en sus máquinas.