Siglos después de que llegaran a Europa los primeros ataúdes de oro, las momias del antiguo Egipto siguen cautivando la imaginación. Quizás estemos abrumados por la grandeza de sus rituales y tradiciones.
Los nuevos descubrimientos continúan desafiando las ideas de los científicos sobre estos antiguos rituales.
1. La momificación es más antigua de lo que imaginaban los arqueólogos.
Durante décadas, las momias más antiguas que se conocían procedían de la época del Reino Antiguo (2500-2100 a.C.), alrededor de la época en que los egipcios empezaron a utilizar más los ataúdes.
2. La “receta” variaba en todo Egipto.
Recientes estudios científicos sobre las momias y las vasijas empleadas en la momificación revelaron cómo los métodos diferían de un lugar a otro y no estaban estandarizados, como se pensaba.
3. Los relatos antiguos no siempre eran fiables.
La información que tenemos sobre la momificación procede principalmente de dos antiguos escritores griegos, Heródoto y Diodoro Sículo. En ellos se describen los pasos de la momificación, como el uso de un gancho para extraer el cerebro a través de la nariz. También nos dicen que el corazón se dejaba en el cuerpo porque se creía que era importante para la vida después de la muerte.
4. Los egipcios reciclaban los ataúdes.
En el antiguo Egipto, la madera para los ataúdes era escasa y cara. No todo el mundo podía permitirse un ataúd nuevo o envolturas de lino. En el Imperio Nuevo, un buen ataúd -aunque no lujoso- costaba unas cinco cabras o 250 hogazas de pan.
5. El turismo desordenó la historia.
Ahora sabemos que las momias que se encuentran en museos fuera de Egipto no siempre están en los ataúdes en los que fueron descubiertas. A muchas momias se les atribuye una fecha histórica basándose en el estilo y la decoración de su ataúd. La forma, la decoración y los textos religiosos que llevaban cambiaron con el tiempo.
Es imposible saber qué nos deparará el próximo hallazgo arqueológico o científico. Pero una cosa está clara: incluso los antiguos embalsamadores tenían que improvisar a veces.