Hay niños que cuando nacen ya tienen el dedo pulgar metido en la boca, lo succionan porque les da una sensación de tranquilidad y relajación. Incluso hay niños que rechazan por completo el chupete y prefieren succionarse el dedo. Esto ocurre porque tienen un gran reflejo de succión que, si no se abandona a tiempo, puede tener consecuencias muy negativas tanto físicas, emocionales y sociales para tu hijo.
¿Por qué los niños se chupan el dedo?
Los niños pueden chuparse el dedo e incluso chuparse el puño, este acto es una reacción biológica que origina por varios motivos, por ejemplo para calmar la ansiedad ante necesidades biológicas, como el hambre, el sueño o el rechazo; también puede ser únicamente porque lo encuentran como un hábito agradable, o porque les da seguridad o consuelo.
¿Existen consecuencias de chuparse el dedo?
Sí que existen y debes conocerlas para estar alerta si tu hijo se chupa el dedo. A medida que tu hijo crezca, debe dejar este hábito porque, entre otras cosas, estará mal visto por el entorno.
Si para los tres años tu hijo aún se chupa el dedo tendrás que convencerle para que deje de hacerlo porque es a partir de los cuatro años cuando pueden empezar a aparecer serios problemas:
Puede ocasionarle deformaciones graves en las encías, dientes y paladar, porque los huesos de la mandíbula de tu pequeño hasta los ocho años son muy maleables y se desalinearán malformando los dientes superiores hacia fuera y los inferiores hacia dentro.
La malformación de la boca hará que tu hijo pueda tener problemas de pronunciación.
Si se mete los dedos en la boca y están sucios puede tener problemas de salud por tener riesgo de contraer enfermedades.
Los amigos del pequeño pueden ridiculizarle tratándole de bebé por no dejar el hábito.
¿Qué hacer para que deje de chuparse el dedo?
Deberás intentar que tu hijo deje de chuparse el dedo por sí mismo antes de que sea más tarde, sin alarmarte ni obsesionarte, pero deberás fijarte cuándo y por qué lo hace para evitarlo. Antes que nada deberás evitar reñirle puesto que únicamente lograrás que lo haga más. Veamos algunas ideas para que deje de hacerlo:
Jamás le riñas, ni te enfades, ni tampoco le ridiculices delante de nadie por el hecho de que se chupe el dedo.
Intenta que se supere él mismo para conseguir dejar de chupárselo y que vea que es capaz de hacer lo que se proponga.
Explícale de forma calmada que debe dejar de hacerlo pero es él quien debe decidir hacerlo y que como padres estarán para ayudarle.
Utiliza el método de la recompensa. Por ejemplo contar las horas que puede estar sin meterse el dedo en la boca y anótalo en un papel y anímale que al día siguiente esté más tiempo ofreciéndole un premio cuando lo consiga.
Proponle los retos para que no se chupe el dedo cuando esté viendo la televisión y dale premio si lo consigue.
Si se chupa el dedo por la noche ofrécele un muñeco para que le haga compañía y se sienta seguro de esa forma.
También puedes acordar con él ponerle esparadrapo (siempre bajo su consentimiento) para evitar que lo haga, puesto que mientras duerme no lo hace a propósito. Si lo hace por aburrimiento durante el día tenlo distraído con actividades.
Si aún después de probar todos los intentos tu hijo sigue chupándose el dedo, deberás consultar a un especialista para evitar que tenga alteraciones en la boca y en sus dientes.