Todas las parejas tienen peleas de vez en cuando, y eso es completamente normal. Incluso, especialistas dicen que hasta son saludables y necesarias. Lo que no es para nada saludable, es no aprender a superarlas y sacarle su provecho.
Para que una discusión no perjudique a la pareja, ten en cuenta las 5 cosas que no debes hacer tras una pelea.
#5 Retener sus palabras en tu memoria
Lo que se dice durante una pelea, luego de la reconciliación, debe quedar en el olvido. Al decirse palabras hirientes, hay que hacer que el dolor merme luego del perdón y la reconciliación. Si algo te sigue molestando, hazle saber que necesitas más tiempo, pero con la condición que no se lo echarás en cara en la próxima discusión.
#4 Poner excusas
Lo peor que puedes hacer es poner una excusa de porqué pelear. Si has tenido un mal día en el trabajo, tienes dolor de cabeza, no culpes a tu pareja por ello y no comiences una pelea sin ningún motivo. Si estás enojada o herida, advierte a tu pareja antes de que llegue a casa para que sepa con qué se encontrará.
#3 Evitarlo si quiere seguir discutiendo sobre lo mismo
Si han pasado sólo unos minutos de la pelea, dile a tu novio que estás abierta a cualquier pregunta o escuchar lo que tenga para decirte. Si luego de eso, él se toma un tiempo (horas o días) para pensar, no le des la espalda.
#2 Tener relaciones sexuales si aún no lo sientes
Ambos han dicho «lo siento», y están transitando la reconciliación. Pero luego de una pelea, quedan rencores y reproches en el aire, que llevan su tiempo superar. Sin embargo, él pretende tener relaciones casi inmediatamente, para sentirse más cerca.
Las mujeres no reaccionamos de la misma manera, así que si no sientes que es momento de intimar, tan sólo dile que no y sugiérele esperar al menos hasta el otro día.
#1 Enfocarse en lo que provocó la pelea
No te centres en lo que provocó la pelea, sino en las soluciones al problema. Si luego de una pelea, la razón de la misma se ha solucionado, no dejes que los resentimientos y la discusión sigan latentes. Concéntrate en la solución, y no sigas revolviéndote en el problema.