Como padres todos hemos tenido que lidiar con las rabietas de nuestro hijo, muchas veces son sólo berrinches. Pero, ¿qué pasa cuando este tipo de comportamiento se vuelve cotidiano? Lo primero que debemos de hacer es averiguar de dónde provienen esos comportamientos agresivos de nuestro hijo.
El comportamiento agresivo en los niños en edad preescolar por lo general es aprendido, muchas veces como papás pasamos por alto nuestro comportamiento frente a los más pequeños y luego ellos lo imitan. Existen diversas situaciones que pueden hacernos enojar, si nuestro hijo está presente, él aprenderá que la forma de solucionar las cosas es a través del enojo y la agresividad. También es cierto que muchos padres son muy pacientes y jamás se comportan de manera inadecuada ante los pequeños.
Cómo controlar estos comportamientos
Ser congruentes
Para nuestros hijos puede tornarse difícil la situación si un día toleramos su comportamiento agresivo y otro lo regañamos porque se porta así. Debemos de ser congruentes, si ha cometido una falta debemos reprenderlo en el momento y señalarle dónde está su error, de otra manera será muy difícil que él comprenda que ha cometido una falta por su mal comportamiento.
Agresividad en público
Puede ser que nos resulte sencillo lidiar con comportamientos dentro de casa, pero, ¿qué pasa cuando nuestro hijo comienza a hacer berrinches delante de familiares, amigos o desconocidos? Ante una situación así tratemos de mantener la calma y hacer lo siguiente: Si nuestro pequeño comienza a golpearnos y gritar mientras estamos en el mercado, y su enojo es porque no compramos su cereal preferido, en lugar de llamarle la atención delante de la gente, digámosle con la mayor calma posible que, si no se calma, saldrá de la tienda. Si nuestro hijo sigue portándose igual, salgamos de la tienda junto con él. Puede ser que la primera vez grite más y más fuerte, pero a la larga aprenderá que su mal comportamiento tiene consecuencias.
Técnicas para controlar la agresión
Para lograr que nuestro hijo logré paulatinamente controlar su agresividad, es necesario aplicar distintas técnicas de manejo de la agresividad. Por ejemplo, si nuestro hijo está muy molesto lo mejor es pedirle que vaya a su habitación a solas y una vez que se sienta mejor puede bajar, tan solo 5 minutos bastarán para esta técnica. Otra puede ser hablar, que te diga lo que siente y si esa muy molesto en lugar de hacerle daño a los demás puede ponerse a inflar un globo y desinflarlo tantas veces como sea necesario.
La agresividad no tiene por qué ser parte de la vida de nuestro hijo, tratemos darle técnicas que lo ayuden a ser una mejor persona.