Quizá te haya sucedido que limpiando a fondo la habitación de tu hijo, has encontrado debajo de los armarios o muy en el fondo de estos, objetos y cosas que evidentemente ha ocultado. La pregunta es ¿por qué los niños esconden las cosas? ¡Averígualo a continuación!
Los niños esconden cosas porque…
Los motivos pueden ser diversos, pero se asocian básicamente a dos aspectos fundamentales: miedo a que otro vea lo que tiene, se entere de algo, se lo quiten….O bien, por sentido de pertenencia, simplemente esconden algo porque «es de ellos», «les pertenece» y lo sienten como privado.
Dependiendo de la edad del niño, las cosas que escondan pueden ser de mayor o menor importancia, por ejemplo:
Los niños en edad escolar suelen ocultar los exámenes que llevan a casa con bajas calificaciones, o también notificaciones por mal comportamiento que deban entregar a los padres, así como cuando sienten que no tienen deseos de hacer las tareas del colegio y éstas vienen en hojas sueltas.
También pueden esconder golosinas que hayan obtenido de algún modo, por ejemplo en un cumpleaños, o alguien les haya regalado; esto generalmente sucede porque saben que los padres les limitarán su consumo.
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¡Todos escondemos cosas!
Ya en la edad adolescente es común que podamos encontrar diarios ocultos, en donde nuestros hijos vuelcan todo tipo de comentarios, opiniones y experiencias personales que no desean contarnos.
El que los niños escondan cosas es normal; hay que tener en cuenta que no es bueno avergonzarlos cuando descubrimos que han ocultado algo.
Si lo que hemos encontrado es serio o importante y merece que lo descubramos ante el niño, entonces hay que buscar la mejor forma de hacerlo para que no se sienta ofendido, invadido e intimidado. Hablar de modo natural al respecto par entender qué miedo existe detrás de esa reacción y así poder revertirlo, transmitiéndole confianza y seguridad.
Todos necesitamos independencia y privacidad en mayor o en menor medida, y los niños también; ellos tienen su mundo y es necesario aprender a respetarlo, quizá no siempre sea necesario que descubras sus secretos u objetos escondidos. Si el hecho no perjudica a nadie ni reviste peligro, puedes quedarte con el conocimiento de que sabes lo que escondes sin decírselo, para que no se sienta invadido en su espacio.