El reto viral, que empezó a principios de agosto en la Comunidad Valenciana y se hizo muy popular en los adolescentes de entre 12 y 16 años, ha hecho saltar la alarma entre las autoridades locales, que se vieron obligadas a cerrar varias piscinas municipales por la presencia de heces en el agua.
Entre las provincias afectadas también figuran Castellón, Valladolid, Cádiz y Málaga. Según informó el medio local El Día de Valladolid, la aparición de heces en las piscinas públicas "obliga a poner en marcha un protocolo que consiste en vaciar el vaso y desinfectarlo antes de volverlo a llenar. Esto supone unas pérdidas que el ECU estima de entre 3.000 y 5.000 euros".
Según advierten los médicos, el desafío puede ser nocivo para la salud, ya que los excrementos en el agua estancada se convierten en un foco de bacterias potencialmente perjudiciales para los bañistas, como, por ejemplo, la Escherichia coli (E.coli).
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En un intento de acabar con el repugnante reto viral, algunas de las piscinas han implantado medidas de seguridad adicionales, como la instalación de sistemas de detección de orina o heces o el control de identidad a la entrada de la piscina.
Lo que nadie tiene claro es de dónde sale el supuesto reto viral. Nadie ha encontrado tampoco las imágenes de heces flotante que los perpetradores suben a la red.
Quizá haya gente que hace dos dos en las piscinas públicas por iniciativa propia. Tal vez los medios hayan generado el efecto contagio que convierte una travesura en un serio riesgo para la salud pública en decenas de localidades de todo un país.