La tendencia ‘body positive’ ha llegado para quedarse y una muestra de ello ha sido el gran declive que ha sufrido la marca de lencería femenina Victoria’s Secret, que ha tenido que decir adiós a su icónico desfile anual -al menos de la forma en la que lo conocemos-.
Sus ángeles, esos cuerpos con medidas ‘perfectas’, ya no son tan admirados cómo lo fueron en los 90, época en la que nació el show. El último desfile registró 3,3 millones de espectadores en Estados Unidos, la peor cifra de su historia teniendo en cuenta que la media estaba en los 10 millones.
Es por eso que la compañía ha anunciado, a través de un comunicado difundido por la CNBC, que descarta los desfiles televisados y que buscará “un canal más adecuado” y un “nuevo estilo de show”, para que la marca vuelva a crecer.
Te interesa: Estos son los nuevos filtros que triunfan en Snapchat
La marca de ropa interior, nacida en 1977, ha perdido tanto prestigio que sus precios han llegado a un mínimo histórico y varias de sus tiendas han tenido que cerrar.
La apuesta por un único tipo de cuerpo, esbelto y delgado, ha provocado el rechazo de la sociedad actual. La diversidad está a la orden del día en cualquier ámbito, por lo que Victoria’s Secret se ha quedado desfasada.
Eso sí, la empresa que fundó Roy Raymond no tirará la toalla y ya está trabajando en incluir modelos de diferentes tallas. La primera fue Barbara Palvin, un intento fallido de modelo ‘curvy’, que nadie aceptó con esa etiqueta. Y después llego la española Lorena Durán, como ejemplo de maniquí ‘plus size’.