Existe la envidia sana?

envidia sana

No, no existe y hay que sacarla fuera de nuestras vidas. La envidia, cualquiera que sea, sólo nos hace desdichadas, y la envidia tiende a crecer cuando se le alimenta; hay que eliminar esos sentimientos de raíz, desde el primer momento en que las sintamos venir. Sé feliz con lo que tienes, sé feliz con el éxito de quienes te rodean (aunque creas que tienen más de lo que merecen mientras tú tienes menos).

La persona envidiosa crecerá con sentimientos de frustración y vacío interior, y siempre será un adulto envidioso, y lo peor de todo es que afectará a todos los que le rodean, contaminándolo todo; su rencor y envidia lo lleva a contaminar los éxitos ajenos, y si el éxito es de una persona cercana esa persona no podrá disfrutar plenamente de sus propios éxitos, porque la envidia destruye lo contamina todo.

Las personas envidiosas suelen tener excelentes habilidades para manipular a los demás. Muchas veces la persona envidiosa se esconde detrás de una cara dulce y agradable, sabe aparentar ser una buena persona y cae muy bien, incluso pareciendo una persona humilde y desinteresada.

Pero ojo, porque cuando realmente conoces a la persona envidiosa descubres que nunca se alegra por ti, y cuando lo hace es una alegría falsa, para sacar provecho de ti. Cuando te ayuda, por mucho que diga, no lo hace desinteresadamente ni por hacerte un favor, lo hace para tomar crédito y gloria de lo que hace. Constantemente te recordará cualquier "favor" que te ha hecho, y se encargará de pregonar a todo el mundo lo buena persona que ha sido contigo, que sin su ayuda no tendrías lo que ahora tienes.

Es difícil estar junto a una persona envidiosa, lo contamina todo: no sólo su propia vida y sus propios éxitos, sino también tu vida, porque las personas con envidia no sólo son victimas de sí mismas sino que siempre tienen victimas, como puedes serlo tú.

Si eres una persona envidiosa y quieres salir de ese mal estado que consume tu vida y la de quienes te rodean, yo sólo sé recomendarte que te acerques a Dios y busques su ayuda. Dios puede ayudarte a alejar a de ti la envidia de tu corazón y de las personas que te rodean.

Examina tu corazón, y busca la razón por la que no eres feliz con lo que tienes, la razón por la que siempre te fijas en lo que tienen los demás y no eres capaz de disfrutar de aquello que tienes, aunque sea poco. No permitas que la envidia albergue tu corazón, porque la envidia contamina.