El actor Michael J. Fox convive desde hace 30 años con el Parkinson, pero el hombre que viajaba en el tiempo en sus recordados papeles de la saga Volver al futuro, debe lidiar ahora con nuevos y graves problemas de salud derivados de la enfermedad.
En una entrevista con The New York Times Magazine, el actor habló de su día a día y de otros temas que le preocupan.
Fox fue diagnosticado del mal en 1991, pero no lo hizo público hasta 1998, por lo que decidió seguir actuando en una gran cantidad de películas y programas de televisión, mientras se enfrentaba a la enfermedad.
Sobre su actual estado físico, el actor dijo a la publicación estadounidense que se debió someter a una operación en su columna vertebral, en abril del 2018.
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“Estaba teniendo un problema recurrente en mi médula espinal. Me dijeron que era benigno pero que, si se mantenía, habría disminuido la sensibilidad en mis piernas y tendría más dificultades para moverme. De repente, empecé a caerme mucho y llegué el punto en que era necesario operarme. Así que lo hice y recibí una intensa terapia física”, afirmó.
Tras ese período, el intérprete cuenta que la gente le pedía que retomara la actuación, lo cual tenía previsto hacer el pasado mes de agosto; sin embargo, sus padecimientos se lo impidieron.
“Llegó un día en que me desperté, caminé hacia la cocina para desayunar y tuve un episodio por el que me terminé fracturando un brazo después de darme un gran golpe”, agregó el intérprete.
Aun así, no lo abandonaban el optimismo y las ganas de recuperarse, actitud que hoy sigue manteniendo. “Hay un nuevo medicamento que ha sido aprobado y que es como un inhalador de rescate para cuando te quedas rígido. Los tratamientos para eso pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas.
Ahora, si podemos prevenir profilácticamente que los síntomas de Parkinson se desarrollen en una persona, ¿eso es una cura? No. ¿La tomaría? Sí”, apuntó, el actor de 57 años.