Creo que eso de vestir iguales a los niños de diferentes edades es muy europeo, o así me parecía luego de ver en las revistas españolas que compraba mi mamá a los hijos de Julio Iglesias con el mismo suéter, o el mismo polo, bermudas y zapatos.
Hubo una época en que a mi prima, que es casi de mi misma edad, y a mí nos vestían igual. Además de una afinidad en los gustos maternos estaba el hecho de que mi tía tenía una boutique infantil y por lo tanto mucha de nuestra ropa provenía de ahí, era casual no premeditado.
Yo tengo tres niñas y a veces trato de vestirlas si bien no iguales al menos con un tema en común, han sido pocas las veces que las he uniformado.
Iguales pero diferentes
Acá en EE.UU. no es común eso de los niños vestidos iguales, creo es visto como una afrenta a la individualidad.
Y es cierto, mis hijas tienen personalidades muy diferentes y se visten de acuerdo a ella, aunque a veces comparten la misma gama de colores. La segunda, por ejemplo, que ama el ballet quiere andar con tutú a toda hora y así va.
Hace poco vi a tres niños (eran latinos) con el mismo suéter, eran chicos ya grandecitos y se veían sacados de revista, pero al mismo tiempo me hizo pensar si realmente tomamos en cuenta a nuestros hijos, sus gustos y personalidades a la hora de vestirlos.
Tal vez comprar todo igual nos quita el tener que pensar en más opciones, o sencillamente porque nos parece «cute» y aquellos niños que crecieron conjuntados, al menos los de mi generación, ya grandes se ríen de los uniformes (a todos les parecía terrible) y del afán materno por controlarlo todo.
Cada vez veo menos conjuntos a lo Patridge o Von Trapp Family, y me pregunto si será cuestión de moda o que las mamás estamos más sensibilizadas ante la individualidad de nuestros pequeños.