La llegada de un bebé real nos tiene siempre a la expectativa, no solo porque será un nuevo integrante de una de las familias más importantes del mundo, también por todo el secretismo que rodea este acontecimiento. A pesar de que Meghan Markle y el príncipe Harry ya deben saber el sexo del bebé, no lo revelarán hasta después de nacido.
Luego de que haya pasado el trabajo de parto y que el bebé esté preparado para salir del hospital, se presentarán sus padres en la puerta de la institución, con su recién llegado retoño, ante las cámaras. En esos momentos, la corona se encargará de revelar al público, a través de un anuncio oficial, el nombre del bebé, el título que tendrá y toda la información que hace tanto tiempo esperábamos.
Rumores corren de que el bebé de Meghan será un varón, dada la forma de su vientre. Esto desde que una partera australiana, Amanda Bude, fundadora de Groovy Babies, declarara para Body & Soul que es posible que la duquesa esté esperando un varón, ya que tiene un vientre que sobresale hacia adelante y no cae.
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Según VIX, la experta, que se dedica a asegurar el buen sueño de los bebés de sus clientes, explicó que se trata de un «cuento de viejas»: si tu panza es más ancha y más baja, y estás ganando peso alrededor del abdomen, tendrás una niña; ahora, si el vientre está más alto y sobresale hacia adelante, hay más probabilidades de que el bebé sea varón.
De todas maneras, Bude se mantuvo escéptica sobre este método: «No creo que haya ninguna investigación que acredite esto». Y en esto sí tuvo la razón. Si bien los métodos para conocer el sexo del bebé a simple vista han resultado correctos para muchas mujeres, hay que recordar que tienen un 50 % de posibilidades. Esto no quiere decir que estén respaldados científicamente.
Cuando no existían los métodos para averiguar durante el embarazo el sexo del bebé, seguramente las madres se morían de intriga al preguntarse cómo sería el futuro de la vida que llevaban en el vientre. En la antigüedad, el sexo era un factor mucho más determinante para la vida del niño que hoy en día. Muchas madres eran castigadas, en varias culturas, por traer niñas al mundo, dado que solo un niño podría traer honor a la familia. De la necesidad de saber el sexo del bebé y la importancia que se le daba antes, nacen ciertos métodos dudosos que no pueden ser puestos a prueba científicamente, pero que aún hasta hoy muchas personas creen fervientemente.
Puedes haber escuchado que la intensidad de las náuseas, sobre todo al levantarte, puede darte una pista sobre el sexo de tu bebé. Se cree que, si llevas en el vientre a una niña, tus niveles de hormonas subirán más y te darán más náuseas. Con un niño, deberías sentir muy poco malestar estomacal.
La realidad es que las náuseas varían según cada mujer y cada embarazo, explica Healthline. De todos modos, hay un estudio, publicado en The Lancet, una reconocida revista científica, que reveló que las mujeres que experimentaban náuseas más intensas en la mañana tenían más probabilidades de dar a luz a una niña. El estudio salió hace veinte años y necesita otros estudios que apoyen esta idea.
Muchas personas creían que una niña «robaría» la belleza de la madre, provocándole acné y otros problemas en la piel. Por otro lado, con un niño no pasaría esto. Lo mismo se dice sobre el crecimiento del pelo. Si la mujer iba a dar a luz a un niño, el cabello estará más sano, largo y brillante. El cabello de una mujer que llevaba a una niña sería más opaco.
No hay ninguna verdad en esto. Los niveles de hormonas y su efecto en la piel y en el cabello también varían de mujer a mujer, de embarazo a embarazo e incluso entre momentos diferentes del embarazo.
Se suele decir que, si vas a tener un niño, tendrás antojo de comidas sabrosas y saladas, como pepinillos y papitas. Si vas a tener una niña, desearías comer más chocolates y dulces. Sin embargo, ningún estudio ha podido comprobar que los antojos sean una predicción exacta del sexo del bebé. Los antojos pueden tener que ver con las necesidades nutricionales, que van variando a lo largo del embarazo.
También es repetido muchas veces que la frecuencia cardíaca del bebé puede predecir su sexo. Si late menos de 140 veces por minuto, se supone que el bebé sería un niño, y más de ese número, una niña.
Aunque este mito suene más científico que los demás, explica Healthline, no refleja la realidad. Incluso un estudio publicado en Fetal Diagnosis and Therapy encontró que no hay diferencia significativa entre los latidos de un varón y de una niña dentro del vientre.
Si el vientre está bajo, estás llevando dentro de ti a una niña. Si está alto, el bebé será un niño. Pero no es así. La manera en que el vientre se acomode tiene más que ver con la forma del útero, el tipo de cuerpo de la mujer, único en cada una, y la fuerza de los músculos abdominales.
Así que no, por más que nos encantaría poder predecir el sexo del bebé de Meghan y Harry, nos quedaremos con la duda hasta el anuncio oficial. Y quizá sea lo mejor para ellos.