Si en nuestra infancia nos hubieran preguntado cómo nos imaginábamos el futurista año 2018 y qué nuevos inventos podríamos disfrutar en el, muchos hubiéramos dicho coches voladores o comida instantánea, pero dudamos que alguien en su sano juicio respondiera que quiera ver robots sexuales masculinos.
Sobre el sexo se ha construido una gran industria con la que consolar los placeres más mundanos del hombre. Y sí, hablamos del hombre, no de las mujeres, ya que generalmente todo va dirigido al disfrute masculino olvidándose que las mujeres también son seres sexuales que quieren pasárselo bien viendo una película porno o con juguetes eróticos más allá del típico consolador.
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Los tiempos cambian y con ello la industria del sexo, por lo que los últimos avances han venido enfocados al mundo de la robótica. Así, se han diseñado muñecas a las que se les ha introducido inteligencia artificial. Diseñadas por Matt Mcullen, fueron bautizadas con el hombre de Harmony y comenzaron a comercializarse en 2017 bajo el reclamo de que lubricaban y podían tener orgasmos.
Un año más tarde el fabricante ha anunciado que sacará la versión masculina para este 2018. Si matienen el mismo rango de precios que las Harmonys, las personas que quieran hacerse con uno de estos robots hiperealistas con forma de hombre deberán desembolsar entre 11,000 y 15,000 dólares.
Como ocurre en el caso de las dolls femeninas, el usuario podrá elegir las facciones, el color de la piel, del pelo e incluso la forma de las orejas. Como era de esperar, también podrá personalizarse el tamaño y grosor del pene biónico. "Mejor que el vibrador", vende Mcullen. Además, las versiones más caras integrarán una visión computarizada que le capacita para reconocer rostros.
Bien es cierto que los male dolls ya esxistían, aunque no a estos niveles de hiperrealismo. Sin embargo, solo suponen el 10% del volumen de ventas de la compañía, Realbotix. Se espera que con la llegada de estos robots eróticos las mujeres y los homosexuales (e incluso los hombres heterocuriosos) se animen a explorar este mercado apostando por este tipo de amantes inertes.
Al más puro estilo de la película 'Her', los humanos podrían enamorarse no solo de un sistema de inteligencia artificial, sino de uno implantado en un robot idéntico a un ser humano. Ya hay robots que reaccionan en función de estímulos exteriores: dónde les toques, cómo les hables, si quieres que sean sumisos o dominantes.
Según expertos como David Levy (autor del libro 'Love and sex with robots') y Michelle Mars (autora de 'Robots, men and sex tourism') el sexo con robots será considerado como algo normal de aquí a 2050. Y según Pew Research están en lo cierto: "Los compañeros robóticos para el sexo se convertirán en algo común aunque esto provoque asco y división de opiniones, la forma en la que hoy se critican los selfies es un indicador de todo lo que está mal en este mundo".
Los robots son cada vez más y más reales, con inteligencia artificial incluida. Tanto es así, que algunos expertos creen que plantean un problema: podrían suponer que los seres humanos ya no se molestaran en tener sexo con otros seres humanos. Oliver Bendel, experto en robots sexuales, planteó la posibilidad de que los sistemas de inteligencia artificial y autoaprendizaje que llevan instalados los robots (como Siri) podrían llevar a las máquinas a seducir a los humanos.