Ben Greenfield es famoso en redes sociales por ser una especie de gurú del fitness. Para que se de una idea de su popularidad, solo en la red social Twitter tiene más de 50,000 seguidores. Ahora ha llamado la atención por inyectar en su pene con células madres para hacerlo más grande.
No es la primera vez que Ben hace ese tipo de cosas, en el pasado se ha sometido a inyecciones de plasma, de células madre y a terapia de ondas de sonido, con el único propósito de mejorar su cuerpo y conseguir más seguidores.
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Para el último experimento en su cuerpo, acudió a la clínica U.S. Stem Cell que se encuentra en Florida. Esa clínica tiene un antecedente con la FDA por cegar a tres pacientes en un ensayo de terapia con células madre.
Ese antecedente no le importó a Ben, por lo que en la clínica aislaron sus propias células madre de las células de grasa de su cuerpo y luego las inyectaron en la carne del tejido de su pene.
Ben asegura que luego de unos cuatro días del procedimiento, parecía que su miembro había crecido, que sus erecciones eran más grandes, duras y que sus orgasmos eran mejores.
El portal Gizmodo le preguntó si había medido los cambios en el tamaño de su parte íntima y él dijo que no lo había hecho, pero que hasta su esposa podía notar el crecimiento.
Ben Greenfield es un creyente en las células madre, se las ha inyectado en su rodilla, cadera, brazos y ahora en el pene. Asegura que cuando tenga 40 años, su edad biológica será de 25.
Ben Greenfield no es ningún desconocido cuenta con más de 50.000 seguidores en Twitter, 60.000 seguidores en Facebook y 30.000 suscriptores en YouTube, por ser de los que se dedican a monitorear de manera meticulosa datos biométricos, aunque probablemente se haga más famoso por intentar hacer crecer su pene con células madre.
Greenfield dijo que el procedimiento lo había convertido en alguien “notablemente mejor cuando el pene está colgando”. Comentó que tres o cuatro días después del procedimiento médico su pene “parecía como si hubiera crecido”.
Asegura que sus erecciones también eran más grandes, su pene era más duro y sus orgasmos eran mejores. Esos orgasmos reconoce que podrían ser un efecto placebo, pero los cambios anatómicos en el tamaño “no se pueden negar”.
