Un cirujano admite ante un tribunal haber grabado sus iniciales en el hígado de dos pacientes

Un cirujano británico se declaró culpable este miércoles de haber grabado sus iniciales en los hígados de dos pacientes durante unos transplantes, y ahora espera sentencia.

Simon Bramhall, de 53 años, se declaró culpable de dos cargos de agresiones, aunque rechazó otros dos de haber causado daños físicos a sus víctimas.

El caso, que está siendo juzgado por un tribunal de Birmingham (centro de Inglaterra), no tiene precedente legal, dijo la fiscalía. El cirujano, que firmó los higados "SB", conocerá su sentencia el 12 de enero.

Bramhall grabó las iniciales con un láser de gas argón coagulador, que se usa en las operaciones para evitar hemorragias, y lo hizo en presencia de sus colegas.

Una de sus víctimas tuvo que volver a ser operada tiempo después y los cirujanos encontraron las iniciales, explicó la prensa británica.

 

"Sus acciones marcando los hígados de aquellos pacientes, de modo totalmente innecesario, fueron actos deliberados y conscientes", denunció Elizabeth Reid, de la fiscalía.

"Esos ataques estuvieron mal, no solamente desde un punto de vista ético sino también penal. Fue un abuso de la confianza que sus pacientes habían depositado en él".

La fiscalía de Birmingham: "El caso no tiene precedente legal en Inglaterra"

Un cirujano británico se declaró culpable este miércoles de haber grabado sus iniciales en los hígados de dos pacientes durante unos trasplantes. En estos momentos está a la espera de sentencia.

Simon Bramhall, de 53 años, se declaró culpable de dos cargos de agresiones, aunque rechazó otros dos de haber causado daños físicos a las víctimas.

 

El suceso, que está siendo juzgado por un tribunal de Birmingham (centro de Inglaterra). "El caso no tiene precedente legal", según ha comunicado la fiscalía.

El cirujano, que firmó en sendos hígados "SB", conocerá su sentencia el 12 de enero. Bramhall grabó las iniciales con un láser de gas argón coagulador, que se usa en las operaciones para evitar hemorragias, y lo hizo en presencia de sus colegas.

Una de sus víctimas tuvo que volver a ser operada tiempo después y los cirujanos encontraron las iniciales, explicó la prensa británica.

"Sus acciones marcando los hígados de aquellos pacientes, de modo totalmente innecesario, fueron actos deliberados y conscientes", denunció Elizabeth Reid de la fiscalía,. Y añadió: "Estos ataques estuvieron mal, no sólo desde un punto de vista ético sino también penal. Fue un abuso de confianza que los pacientes habían depositado en él".