El origen de la celebración se remonta a principios del siglo IV, cuando la iglesia decidió honrar a los mártires del poder romano.
El Día de Todos los Santos se da justo antes del Día de los Fieles Difuntos, al que tradicionalmente se le conoce como “Día de Muertos”, un día, que además de ser no laborable, muchas personas desconocen los motivos por los que en esta fecha se conmemora a los fallecidos.
El día de Todos los Santos fue instaurado por la iglesia católica a principios del siglo IV por la Gran Persecución de Diocleciano. Debido a que fueron tantos los mártires causados por el poder romano, que la iglesia decidió marcar un día para dedicárselo a ellos.
En sus primero años después de la instauración de esta fecha, no se tenía un día fijo, fue hasta que Gregorio III decidió fijarla el 1 de noviembre que se celebra en este día. Por su parte el papa Gregorio IV, por su parte, fue quien extendió la celebración a toda la iglesia en el siglo IX.
Debido a que la instalación de esta fecha se dio desde la cúpula de la Iglesia Católica, muchos de los países que profesan esta religión conmemoran a sus difuntos con un día de fiesta.
México quizás sea el país con más folclor durante esta celebración, pues dicha fecha está enmarcada en el denominado “Día de Muertos”, un día marcado por la sátira como en ningún otro país, pues sólo los mexicanos saben cómo celebrar a la muerte; bien lo dice una de sus famosas canciones “Ay, ay, ay, ay canta y no llores”.
Aunque los días previos al 1 de noviembre se celebran distintos rituales para venerar a los fallecidos, en el día grande la fiesta, en México es común ver a la gente salir a las calles con coloridos atuendos como trajes de mariachi, vestidos indígenas y disfrazados de calaveras.