Los ladridos de los perros pueden resultar sumamente molestos y provocan muchas disputas entre vecinos. Es un problema de difícil solución, ya que los canes se expresan ladrando y les es inevitable hacerlo. En China, cuando existe este problema, muchos propietarios no dudan en utilizar una solución radical estremecedora. Conoce el terrible drama de los “perros enmudecidos” en China.
Los perros ladran como medio de expresión ya que ese es su manera de comunicarse. Los motivos por los que un can puede ladrar excesivamente son muy diversos, entre ellos el estrés, el no tener sus necesidades básicas cubiertas, el sentirse solo, el sufrir ansiedad por separación, un excesivo entusiasmo y excitación, el miedo, el entrenamiento inconsciente por parte de un amo que no se ha dado cuenta que premiaba sus ladridos o simplemente la herencia genética, ya que hay unas razas más propensas a ladrar que otras.
Los expertos aconsejan analizar los motivos que hacen que el perro ladre excesivamente e intentar solventar las causas y si no se consigue reducir el ladrido, acudir a un profesional para solicitar ayuda.
En Septiembre, el Daily Mail recogió una noticia del Chengdu Business Daily y se hizo eco de una terrible costumbre que se está extendiendo por las ciudades chinas. Si alguien tiene un perro que molesta a sus vecinos con sus ladridos, opta por llevarlo a un veterinario para que le seccione las cuerdas vocales. Un agravante de esta situación es la existencia de falsos veterinarios, sin titulación ni licencia, que actúan en plena calle.
Los pseudo veterinarios realizan las operaciones en la vía pública, anestesian al animal y su ayudante sostiene abierta la boca del perro mientas ellos proceden a cortar las cuerdas vocales. En una ciudad china del sudoeste del país un hombre fue denunciado a la policía cuando estaba realizando esta operación en un mercado, ante el horror de muchos ciudadanos. En una hora efectuó 10 operaciones. Cobraba 13’5 euros por operación y para más inri no esterilizaba el instrumental entre una y otra operación. La policía, sin embargo, no lo detuvo si no que simplemente le exigió la licencia veterinaria y al no tenerla no le dejó proseguir su actividad. El hombre adujo que había aprendido viendo como otros lo hacían.
Las asociaciones de veterinarios alertan de que este procedimiento es invasivo y tiene muchos riesgos y complicaciones, máxime si se realiza, como en el caso de China, en plena calle y con instrumental sin esterilizar. Además afirman que con la operación se suprime la posibilidad de los perros de vocaliza y comunicarse, y consideran el procedimiento innecesario y cruel.
China no es el único lugar en que este drástico método está a la orden del día. En Oregón, EE.UU., este pasado verano, un juez, ante la denuncia de un hombre cansado de los ladridos de los perros de su vecino, decretó que se les seccionaran las cuerdas vocales. La sentencia provocó la inmediata reacción de las asociaciones protectoras de animales.