"Llegó a un límite y se desbordó, mi hija atravesó muchos episodios, no quiere vivir más”, aseguró ayer Mariana, la madre de la niña de 9 años que intentó suicidarse por sufrir bullying en una escuela de la ciudad de Santa Fe. La mujer aseguró que “me da vergüenza llevar a mi hija al colegio” y anticipó que tiene pensado “sacarla” de la institución.
“Ella nunca lo había manifestado, pero la situación era cada vez más violenta. Se empezó a arrancar el pelo”, indicó la mamá de la menor en declaraciones televisivas. “Ahora tenemos que modificar toda nuestra vida para cambiarla de escuela, ya que no ir a clases ahora es muy complicado”, agregó. El caso cobró relevancia cuando la madre de la niña difundió a través de Facebook un video en el que la menor describe cómo un grupo de compañeros la discrimina por su talla, mientras confiesa que no quiere “vivir más”.
“En la escuela me dicen gorda. Me ponen la traba (el pie) y cuando me caigo me dicen que hubo un terremoto”, fue el desgarrador relato de la nena en el video que su madre compartió en las redes sociales. La menor ingresó el martes 19 de septiembre al Hospital Mira y López con un cuadro de intoxicación, aparentemente con clonazepam.
La nena quedó internada hasta que fue dada de alta el 21 de septiembre, para luego recibir tratamiento ambulatorio en el Hospital de Niños Orlando Alassia. “Me tiran manzanas, frutas. Ya no quiero vivir más”, expresó la menor en el video filmado con su celular por su madre, y sostuvo que el acoso parte de un grupo de varones, a los que las maestras “no los retan” y, en cambio, lo hacen con las niñas que lo sufren.
Ante una pregunta de la madre de dónde estuvo, la nena, que asiste al cuarto grado en la escuela Esperanza Solidaria de la zona norte de la ciudad de Santa Fe, contesta que “en el hospital”, porque se quiso matar ingiriendo pastillas. La mujer aseguraba en el posteo que acompaña el video que su hija no quería cambiarse de escuela, ya que aprecia a la mayoría de sus compañeros y el acoso parte de un reducido grupo de varones.
Sin embargo, ayer pareció revisar esa postura. En ese sentido, manifestó que autoridades del Ministerio de Educación se comunicaron con ella para ayudarla a encontrar un nuevo establecimiento educativo. Pero el sabor amargo con los directivos de la escuela persiste. “Cuando fui a hacer la denuncia nadie vino a mi casa. Después, estuve tres días sola con mi hija mientras estaba internada, no vino nadie del colegio" aseveró.