El Día Internacional de la Cerveza se celebra oficialmente el primer viernes de agosto desde 2007, cuando en Santa Cruz, California, se decidió establecer un día de cada año para dedicarle a esta bebida, que acompaña en reuniones y eventos de cualquier tipo.
Desde su creación, pasó de ser un pequeño evento localizado en el oeste de los Estados Unidos a una celebración mundial, el día de la Cerveza se festeja en más de 200 ciudades y en alrededor de 50 países.
La cerveza es una bebida alcohólica fermentada a base de cereales que se caracteriza por su sabor amargo y está compuesta por 4 ingredientes fundamentales: cebada, levadura, agua y lúpulo. Tiene más de 6.000 años de antigüedad y más usos que los que es posible imaginar.
En términos generales, la cerveza es una bebida alcohólica, no destilada, de sabor amargo que se fabrica con granos de cebada germinados u otros cereales cuyo almidón es fermentado en agua con levadura y frecuentemente aromatizado con lúpulo, entre otras plantas. De ella se conocen múltiples variantes con una amplia gama de matices debidos a las diferentes formas de elaboración y a los ingredientes utilizados. Generalmente, presenta un color ambarino con tonos que van del amarillo oro al negro pasando por los marrones rojizos. Su aspecto puede ser cristalino o turbio. Su graduación alcohólica puede alcanzar hasta cerca de los 30% vol., aunque principalmente se encuentra entre los 3% y los 9%vol.
La cerveza es una bebida indiscutida en la mesa de muchos hogares. Hoy, además de encontrarla en los vasos, aparece en los platos, no solo como el maridaje ideal sino también como ingrediente para cocinar.
Para cocinar, se puede incorporar líquida o en granos. Líquida, como parte de la salsa de un pollo a la cerveza o en la masa del volcán de dulce de leche. En granos, si utilizamos a la cebada, cereal principal de esta bebida y tan noble que aporta potasio, calcio, fósforo y magnesio, y aporta vitaminas A, B, C y E.