Tras 20 años de estar tratando de tener un bebé un matrimonio de Serbia vio realizado su sueño, solo para descubrir que su relación como pareja no estaba tan fuerte como para cuidar de él.
La felicidad de Atifa Ljajic quien hasta a los sesenta años pudo realizar su sueño de ser mamá tiene un sabor agridulce, pues cuando por fin pudo tener a su primera hija, su esposo Serif Nokic, anunció su retirada del hogar al escuchar el llanto de la bebé.
Según informó Daily Mail, Ljajic estaba tan decidida por ser mamá que hasta ignoró las advertencias de los riesgos que esto tendría para su salud y se sometió a una fertilización in vitro, lo que le permitió quedar embarazada. Obviamente el suyo fue un embarazo de alto riesgo y los tres últimos meses los pasó internada en el hospital.
Finalmente el 20 de junio, pudo tener en sus brazos a su primogénita. La llamo Alina y pensó que estaba viviendo la etapa más feliz de su vida… Hasta que la niña lloró y espantó con sus alaridos a su papá.
Al explicar por qué abandonaría a su esposa e hija, Nokic dijo: “Estoy enfermo, tengo 68 años, soy diabético y tengo el corazón débil… No es fácil no pegar ojo en toda la noche y oír el llanto de un bebe”.
Pero esto no es algo que espante a la sexagenarian madre, quien asegura que a pesar de su edad y de no tener las condiciones económicas para criar a su hija, ella no se dará por vencida: “Lucharé para criar a Alina de la mejor manera que pueda y guiarla en el camino correcto. Solo la amaré a ella”, dijo la mujer. Y agregó: “Sé que no será fácil, pero aún creo que hay buenas personas que querrán ayudarme”.