Jermaine Defoe está demostrando una humanidad y un compromiso encomiable con Bradley Lowery, su pequeño amigo de seis años afectado por un neuroblastoma, un cáncer contra el que lucha desde hace tiempo y que avanza imparable. El delantero, que conoció al niño durante su etapa en el Sunderland, era presentado este jueves por el Bournemouth y no podía reprimir sus lágrimas al ser preguntado por el niño y su familia, con los que se ha volcado para prestarles todo tipo de ayuda.
«Está siendo muy duro», explicó el futbolista cuando fue cuestionado sobre su amigo, que se encuentra en la fase terminal de su enfermedad. «Hablo con la familia cada día y hace unos días estuve con él. Fue duro verle sufrir de esta manera», añadió Defoe, que ha demostrado una impagable solidaridad y cariño desde que conoció al pequeño. Las visitas del delantero al niño han sido habituales y una imagen de ambos durmiendo en la cama del hospital conmovió a miles de aficionados de todo el país.
«Es cuestión de días. Siempre estará en mi corazón y no hay día que pase sin que me levante y mire mi teléfono o piense en Bradley. Su amor puedo verlo en sus ojos cuando me mira», dijo visiblemente emocionado un Defoe que el pasado mes de marzo tuvo un maravilloso detalle con el menor. Después de mucho tiempo de ausencia en la selección inglesa, el jugador quiso, y consiguió, que el pequeño le acompañara en el césped de Wembley. Un momento que resultó inolvidable para ambos.
Desde entonces, el estado del niño ha ido empeorando y ahora recibe curas paliativas en su domicilio. El pasado sábado, antes de viajar a Bournemouth, Defoe se presentó en la casa para ver a su amigo y despedirse de él. Una visita que, según escribió la madre de Bradley en Facebook, puso una sonrisa en la cara de su hijo. «A pesar de estar muy débil y con dificultad para respirar fue reconfortante ver cómo reaccionó al recibir a su mejor amigo. Se tumbó en la cama para le abrazara sin parar. Estuvo muy relajado junto a él».
Una amistad sincera de un futbolista que está dando al mundo una lección de humanidad y compromiso y que este jueves, en lo que debía ser un día feliz por su fichaje por un nuevo club, pasó un mal rato al acordarse de un amigo del que ha tenido que separarse y que sigue luchando contra la enfermedad. Desde la distancia, Defoe sigue muy pendiente de él.