El 28 de junio de 1997 aconteció uno de los sucesos más extraños en el mundo del boxeo, la mordida en la que Mike Tyson arrancaría un pedazo de oreja a Evander Holyfield en el MGM de Las Vegas, donde los estadounidenses disputaban la revancha por el título de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).
En el primer encuentro, que se disputó en el mismo recinto el 9 de noviembre de 1996, Tyson perdió por nocaut técnico tras 11 rounds, ante un Holyfield que hacia historia tras convertirse en el segundo púgil en ganar en tres ocasiones el título de los pesados, sin embargo, la esquina de Tyson no paró de reclamar que Holyfield había dado cabezazos y el réferi no los sancionó, indicó la página Excélsior.
Siete meses después se daría la revancha que sólo duró tres asaltos, en los que Holyfield fue sancionado en los primeros dos por dar cabezazos y lastimar a su rival en la ceja.
Por su parte, Tyson soltó una primera mordida a Evander que le costó un castigo, pero a 40 segundos de finalizar el tercer round, Mike soltó otra mordida, en la que arrancó un cacho de cartílago de la oreja del adversario para después escupirlo en medio del ring.
Tyson fue descalificado, pero la pelea no se detuvo, fue hasta el final donde el cuatro veces campeón del mundo recibió atención médica y se decidió su victoria, cosa que a “Iron Mike” no le pareció y fue a buscar pelea con la esquina de Evander.
Debido a sus actos, Mike Tyson tuvo que pagar tres millones dólares de multa; por su parte, Holyfield confesó hace unos años en una entrevista que perdonó a Tyson y que tienen una buena relación, además de hacer cosas y trabajar juntos para tratar de hacer crecer el boxeo.