Nairobi, 20 jun (EFE).- La actriz estadounidense Angelina Jolie, enviada especial de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), mostró hoy su apoyo a niñas refugiadas en Kenia que han huido de sus países tras haber sufrido violencia sexual y persecución.
"No sólo han tenido que huir de la violencia extrema o la persecución, lo han perdido todo y han sido testigos de la muerte de sus familiares, sino que también han tenido que enfrentarse a maltrato, intolerancia y adversidad", afirmó la actriz tras reunirse en Nairobi con una veintena de menores en el Día Mundial del Refugiado.
La mayoría de estas chicas, que ahora residen en Heshima Kenya, un centro de acogida para mujeres refugiadas, han sufrido violencia sexual siendo niñas, y muchas de ellas han dado a luz tras sufrir violaciones o están actualmente embarazadas.
"Más de la mitad de todos los refugiados y personas desplazadas en el mundo son mujeres y niños. La forma en que los tratamos mide la humanidad de nuestras naciones", aseguró Jolie, que pidió al mundo que no olvide el dolor y el sufrimiento de estas jóvenes.
Así, alabó el esfuerzo de todas ellas para continuar adelante y vivir sus vidas de manera digna contra lo imposible.
Se trata de la tercera visita que la actriz realiza a Kenia, donde viven cerca de 491.000 refugiados procedentes de países de lar región como Somalia, Sudán del Sur, República Democrática del Congo o Burundi.
"Kenia acoge a cerca de medio millón de refugiados, y nosotros en ACNUR estamos muy agradecidos por ello con el pueblo y el Gobierno keniano", añadió la enviada especial de la agencia de la ONU.
En el centro Heshima Kenya, las jóvenes refugiadas reciben apoyo para integrarse en la comunidad keniana y forman parte de un programa de empoderamiento con el que unas 200 niñas tienen la oportunidad de seguir con sus estudios.
Aunque Kenia ha sido ejemplo de solidaridad con los refugiados durante décadas, el año pasado el Gobierno anunció que cerraría el campamento de Dadaab, en el norte y muy cerca de la frontera con Somalia, con el argumento de que es un lugar de reclutamiento para el grupo terrorista somalí Al Shabab.
Sin embargo, el Tribunal Supremo keniano declaró en febrero inconstitucional el cierre del campo, que obligaría a más de 260.000 refugiados somalís a volver su país, donde los terroristas controlan amplias zonas del centro y sur del país.
El cierre de Dadaab, que está en pie desde hace 25 años, ha suscitado muchas críticas internacionales debido a la dificultad y el peligro que supone repatriar a esas personas a un país que todavía vive en guerra y bajo la amenaza constante de los extremistas de Al Shabab.