Para muchos problemas de visión, el especialista puede aconsejar el uso de lentillas o de gafas. Tanto las unas como las otras tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Complemento de moda e instrumento de alta tecnología, las gafas tienen cada vez más competencia por parte de las lentillas, que son más discretas.
Las lentillas de contacto, una corrección práctica y estética
Las lentillas de contacto se suelen utilizar para la corrección de la miopía (80% de los casos), y en menor medida, de la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia. Las lentillas se colocan en contacto con la córnea y están talladas sobre sus dos caras, de forma que puedan corregir la anomalía óptica.
Por otro lado, los cristales permiten a los rayos de luz focalizarse de nuevo sobre la retina y no antes de esta como en la miopía o detrás como en la hipermetropía.
Existen lentillas rígidas o semirrígidas, cuyo mantenimiento es bastante sencillo, pero que suelen ser mal toleradas por el ojo. Las versiones blandas de plástico son más fáciles de acomodar y requieren una limpieza más minuciosa a diario, gracias a un producto especial. También están las lentillas desechables, que se pueden conservar una o dos semanas seguidas. En todos los casos, el especialista tendrá que verificar antes de prescribirlas si el ojo secreta suficientes lágrimas para soportarlas.
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Una buena visión periférica con las lentillas
Además del interés estético, las lentillas ofrecen la ventaja de proporcionar un mejor campo visual que las gafas tradicionales, por razón de la ausencia de montura y porque siguen los movimientos del ojo. La visión periférica es así más amplia y sin zona de sombras. Están particularmente indicadas para ciertas profesiones que exigen una mejor visión, como los cirujanos o los fotógrafos.
Las lentillas son más prácticas de llevar a la hora de practicar ciertos deportes o actividades al aire libre. También tienen la ventaja de que no se nublan, puesto que el líquido lacrimal las humidifica permanentemente.
Inconvenientes de las lentillas
Sin embargo, las lentillas de contacto presentan también ciertos inconvenientes. Además de exigir una limpieza frecuente, también pueden provocar ciertas irritaciones del ojo, y pueden determinar algunas alergias a los productos de mantenimiento.
Por último, y en caso extremos, pueden provocar abrasiones o un edema de la córnea. Los exámenes clínicos oftalmológicos frecuentes permiten verificar que todo marcha bien y no hay nada de lo qué preocuparse.