El explosivo y robusto Bob Hoskins tenía una viveza británica que rugió a lo largo de cuatro décadas en el cine, la televisión y el teatro.
Aunque el actor británico de 1,67 metros (5 pies 6 pulgadas) no era alto, era imposible de perder aun en pequeños papeles de reparto. Hoskins, quien murió el lunes por la noche de neumonía a los 71 años, encarnaba la dureza cockney pero tenía un rango mucho más amplio. Era un pit bull capaz de mostrar ferocidad, seguridad y timidez por igual, dominando la pantalla con su distintiva apariencia de ídolo no de matiné.
«Mi propia madre no diría que soy guapo», dijo una vez. Hoskins encarnó a muchas figuras de la historia, incluidos Churchill («World War II: When Lions Roared»), Mussolini («Mussolini and I»), J. Edgar Hoover («Nixon»), Lavrentiy Beria («The Inner Circle»), Nikita Khrushchev («Enemy at the Gates») y Manuel Noriega («Noriega: God’s Favorite»).
Sin embargo, será más recordado por sus personajes de hombre de clase trabajadora: matones con ternura y expresidiarios sentimentales. La crítica de cine Pauline Kael una vez comparó al calvo Hoskins con un «testículo con piernas», aunque le admiraba: «Este actor bajito y macizo es extraordinario».
A continuación cinco de las actuaciones más memorables de Hoskins:
«The Long Good Friday» («El largo viernes santo»), 1980: En una de las mejores cintas policiacas británicas, Hoskins hizo el papel de Harold Shand, un mafioso cuyo plan de beneficiarse con la renovación de los muelles de Londres se revela cuando un enemigo misterioso comienza a dispararle a su equipo. Shand intenta desesperadamente mantener un acuerdo con la mafia estadounidense, pero sus sueños de convertirse en parte de la clase alta se desmoronan. El filme de John Mackenzie (que también incluyó a Helen Mirren y el debut de Pierce Brosnan) fue el papel que lanzó a Hoskins a la fama y es ampliamente considerado un clásico de la época.
«Mona Lisa», 1986: Hoskins interpreta a un delincuente mezquino de mal genio al que su jefe (Michael Caine) asigna como chofer de una prostituta de lujo (Cathy Tyson) en el drama romántico de Neil Jordan. La relación entre ambos florece, y Hoskins alterna entre la ira de un expresidiario y la devota sensibilidad de un hombre que en el fondo tiene buen corazón y que se está enamorando. El papel le mereció una nominación al Oscar al mejor actor.
«Who Framed Roger Rabbit» («¿Quién engañó a Roger Rabbit?»), 1988: Posiblemente su papel más conocido, aunque no el mejor. Actuando junto a personajes de carne y hueso y personajes animados, a menudo (comprensiblemente) parece perdido en el hito técnico de Robert Zemeckis. Pero en su interpretación de un investigador privado predispuesto contra las «caricaturas», Hoskins, en su primer protagónico en Hollywood, mantiene a flote la esquizofrénica cinta.
«Felicia’s Journey» («El viaje de Felicia»), 1999: En la adaptación de Atom Egoyan de la novela de William Trevor, Hoskins hace el papel de un solitario gerente de catering que se hace amigo de una joven viajera irlandesa (Elaine Cassidy). Termina siendo un depredador de jovencitas, un escalofriante papel de villano que sin embargo imbuye de humanidad.
«Last Orders» («Las últimas órdenes»), 2001: Es una de las seis películas en las que actuó con Caine, otra figura habitual en el cine noir británico. En esta cinta, Hoskins es uno de los amigos del gregario carnicero interpretado por Caine, que muere y deja el deseo de que sus cenizas seanarrojadas al mar. El filme, adaptado de la novela de Graham Swift, sigue a un amigo en su esfuerzo por cumplir las órdenes del otro.
AP