Ante tantos divorcios, separaciones y familias modernas, nos preguntamos «¿Existe el amor para toda la vida?» y tratamos de buscar una respuesta que plasmaremos en este artículo iMujer. Nosotras, que tanto escribimos y leemos sobre las parejas y el amor, nos vimos envueltas ante un interrogante tan sencillo como perpetuo.
Podemos comenzar diciendo que la idea romántica de las relaciones aún tiene su encanto, pero que la pasión pueda perdurar por toda la vida ha comenzado a perder credibilidad en estos días.
Amor romántico y sexo
Muchos estudios realizados por doquier han demostrado que el deseo sexual y el amor romántico se van desvaneciendo con los años. La frecuencia de la actividad sexual va disminuyendo drásticamente, incluso hasta la mitad en el primer año de pareja.
Sin discriminar amor heterosexual y homosexual, la caída de la intensidad en la vida sexual es gradual, especialmente con la crianza de los hijos. Entonces se puede afirmar que los sentimientos de pareja siempre evolucionan hacia el amor de compañeros, que con el tiempo baja la atracción y el deseo sexual.
Pero deseo sexual y amor romántico no siempre van de la mano sino que, en cierta forma, son hasta opuestos. Es decir, una personalidad psicológicamente compleja es más probable que genere un profundo amor romántico en la pareja, pero el intenso deseo sexual puede desaparecer. Este tipo de deseo se alimenta del cambio y la novedad, por lo tanto, se diluye de a poco con la familiaridad.
La afinidad de la pareja crea una armonía funcional en el que los individualismos no sólo prosperan, sino que evolucionan, pudiendo desarrollar preferencias similares por la música o la ropa. Pero las identidades no se fusionan, sino que se identifican.
El amor para toda la vida
En tiempos como los que corren, para que el amor sea profundo, las personas que componen la pareja sólo tienen que estar en armonía. Cuando esto se consigue, la pasión puede ser avivada por la profundidad de los sentimientos, de modo que el romance perdurará.