Cuando de educación se trata, ninguna decisión es sencilla. Menos aún, si esta implica un cambio radical del entorno académico de tu hijo. Pero, hay circunstancias que son dignas de cambios. Nosotras te mostraremos algunas para que sepas cuándo cambiar a un niño de colegio.
Tristeza
Cuando se es pequeño, todo período de adaptación cuesta alguna que otra lágrima o rabieta. Pero, si esto se convierte en un hábito, entonces algo no anda del todo bien. Por tanto, para las antenas y trata de comunicarte con tu retoño. El aprendizaje demanda esfuerzo, pero lejos de tener que ser una fuente de tortura, tendría que representar, antes que nada, el origen de inagotables gratificaciones.
Falta de atención
Si tu niño sufre alguna enfermedad crónica o experimenta algún tipo de dificultad en el aprendizaje, es una posibilidad que las maestras no estén contemplando sus debilidades. Así que si notas que sus calificaciones no son buenas, antes de sucumbir al enojo, trata de dilucidar la verdadera causa del mal desempeño. Como sugerimos anteriormente, puede que las maestras no le estén concediendo a tu hijo la atención que merece.
Valores distintos
El proceso de enseñanza es una cuestión delicada, pues a través de él no solo se imparte información del mundo que nos rodea, sino que también se comunican valores. Estos cumplen un rol esencial en el crecimiento del niño porque determinan su personalidad y su percepción del mundo. Así que si descubres a tu hijo en una actitud que te disgusta y constatas que la educación que está recibiendo en el colegio tiene algo que ver con ella, considera cambiarlo de institución educativa.
