Científicos descubren la sorprendente relación entre el sexo y la ‘divinidad’.
Investigadores de la Universidad de Duke (en Estados Unidos) hallan una sorprendente conexión entre el sexo y las creencias religiosas de las personas.
Según sus conclusiones, aquellas personas que tienen relaciones sexuales con frecuencia se abren más a la espiritualidad e incluso a creer en Dios.
Parece que el hecho de tener una vida sexual plena les lleva a conectar más con los demás, con el mundo en general, y contigo mismos en particular.
De ahí que sean personas empáticas, altruistas y con altas dosis de ‘bondad’ social. Pero además de preocuparse por las personas de su entorno, se caracterizan por ser personas con un mundo interior más rico, propensas a la reflexión y la meditación.
En el estudio, los científicos responsabilizan de este curioso efecto a la hormona del amor, la oxitocina. Durante el sexo, esta hormona campa a sus anchas por todo nuestro organismo provocando una auténtica revolución que se traduce en una mayor vinculación social, en comportamientos bondadosos como procurar el bien ajeno aún a costa del propio, y también potencia la 'divinidad’ haciéndonos creer más en la existencia de un ser superior que vela por todos.
“La espiritualidad y la meditación ya han sido relacionadas con la salud y el bienestar en investigación anteriores, cuenta a The Independent Patty Van Cappallen, psicóloga y autora principal del estudio. Pero nosotros estábamos interesados en los factores biológicos que pueden mejorar esas experiencias espirituales”.
Pero aquí no acaban las sorpresas. Atónitos nos hemos quedado en redacción al enterarnos de que además, este hecho sucede más a menudo en hombres que en mujeres.
Los investigadores observaron que aquellos hombres con índices más altos de la llamada 'hormona del amor’ reconocían que la espiritualidad era un punto importante en sus vidas y que la vida tiene un sentido y un propósito.
De hecho, los participantes que recibieron la hormona dieron respuestas tipo zen como "todo en la vida está interconectado” y “hay un plano superior de conciencia o espiritualidad que une a todas las personas”.
Además ese sentimiento (de espiritualidad) se prolongó hasta pasada una semana. Lo destacable es que no todos habían dicho previamente que la fe suponía una parte importante en sus vidas. Asimismo, expresaron un sentimiento de unidad con otras personas y seres vivos.